Todos hablamos de lo peligrosas que son las cárceles en Honduras, escuchamos noticias y rumores sobre cómo es la vida en prisión, ¿pero alguna vez has visto cómo se convive en una cárcel catracha?.
Paul Connelly es un periodista e investigador y creador de documentales irlandés. Este año presentó una serie de documentales para un canal de televisión europeo, que en Honduras puedes encontrar en Netflix, llamada Inside the World’s Toughest Prisons (Dentro de las Cárceles más Duras).
México, Filipinas, Polonia y Honduras son algunas de las prisiones que Connolly visitó. En nuestro país el periodista ingresó, e incluso durmió, en la cárcel de Danlí y lo que vemos en el primer episodio de esta serie es para no creerlo.
Los mismos presos mandan dentro de la cárcel
La cárcel de Danlí es controlada por los propios prisioneros, los cuales organizados forman un grupo de vigilancia y seguridad.
Connolly pasó el tiempo y dialogó con asesinos, violadores, miembros de pandilla y ladrones, quienes tienen libertad total de consumir drogas y reciben dentro de las instalaciones y patios de la cárcel la visita de sus parejas, familias e inclusive sus hijos, no esta leyendo mal, incluso las parejas se pueden quedar a dormir en la cárcel.

La policía y autoridades correspondientes controlan lo administrativo, los presos el funcionamiento de la cárcel, es decir los prisioneros obedecen a otros prisioneros.
Nery Calero, preso por homicidio, es quien manda dentro de la cárcel, él y su grupo de “Coordinadores”, como se les llama, imponen las reglas, armados con garrotes o toletes imponen el control y autoridad dentro del centro penitenciario.
Connolly también aprovechó a dialogar con las autoridades, que comentan que son alrededor de 15 policías los que controlan el perímetro, sí solo 15, en un cárcel que debería tener una capacidad para 250 reos pero que esta ocupada por más de 700, impresionante.

Escenas increíbles
Desde niños en los patios, que están de visita, hasta reos despellejando ratas, las escenas de la vida dentro de esta cárcel asustan. Si un preso quiere dormir en un colchón debe pagar 135 dólares por él y buscar un espacio en una de las celdas sobre pobladas.

Los mismos presos cocinan su comida, un grupo de ellos se dedican a labores de cocina e incluso tienen armas corto punzantes (cuchillos) para estas tareas.
Dentro de la cárcel hay cafeterias, pulperias y pequeños negocios cuyos propietarios son algunos presos con la autorización de Nery y los Coordinadores.
Otra cosa que asusta e impresiona es lo pobre que es nuestro sistema penitenciario, un privado de libertad puede optar a libertad condicional si visita la librería y lee libros, vaya forma de rehabilitación.
Video de Youtube Completo
https://youtu.be/PbySYzfNXhs
Fotografía: The Sun