El saneamiento del sistema carcelario continuó hoy con el traslado de 15 reos de alta peligrosidad (entre ellos cabecillas de la 18 y de la 13), a El Pozo.
Todos ellos continuaban ordenando asesinatos, cobro de extorsiones, secuestros, tráfico de drogas y otros actos delictivos en contra del pueblo hondureño.
“Esta iniciativa tiene como objetivo hacer que estos privados de libertad cumplan con sus penas y sentencias como se debe, sin que se sigan cometiendo fechorías desde el interior de las cárceles”, dijo el presidente Juan Orlando Hernández al hacer el anuncio del traslado.
Ubicado cerca de Ilama, Santa Bárbara, El Pozo es una cárcel de máxima seguridad que se ha convertido en el terror de los delincuentes, pues allí permanecen en celdas de dos metros por dos metros y una sola hora al día para tomar sol.
Además, no tienen acceso a llamadas telefónicas ni a visitas de familiares, novias y compinches.
“Las víctimas también tienen derecho”, dijo JOH, sobre los cuestionamientos (que busquen qué hacer, hombe), de algunos defensores de derechos humanos que no dicen ni pío cuando los criminales perpetran masacres, pero brincan cuando son trasladados a cárceles de máxima seguridad.