Kevin: mejor pedí que te manden al Pozo

Todas las pruebas presentadas durante el juicio nos hacen llegar a la conclusión que Kevin Solórzano es INOCENTE del asesinato del ex fiscal Edwin Eguigure.

Así, en mayúsculas: INOCENTE.

Uno de los oficiales que que dio su testimonio sostuvo que a Kevin se le incriminó en base al rumor (chisme) de un colaborador.

“Nunca nos había fallado -dijo-, y por eso creímos en su versión”.

Más tarde, la persona que realizó el retrato hablado reveló que Kevin no es el asesino. Lo mismo sucede con los vaciados telefónicos.

Y por si fuera poco, una marera de la MS contó, mientras pedía que le permitieran dar su testimonio sin cubrirse el rostro, que fue esa agrupación criminal la que preparó y ejecutó el asesinato de Eguigure.

Pero la Fiscalía se ha empecinado -sobre eso hay muchos rumores-, en seguir jode que jode con Kevin, en lugar de aceptar que se equivocó y llevar este caso por otra línea de investigación.

Los fiscales le han dado largas al asunto, y ya Kevin lleva dos años encerrado. Se supones que en los próximos días escucharemos la sentencia, pero así como van las cosas, lo dudamos.

¿En qué ha fallado la defensa de Kevin? En una cosa: en no pedir que manden al muchacho a la cárcel de máxima seguridad conocida como El Pozo. De allí, estamos seguro, estaría en libertad en menos que canta un gallo.

Y si no, que le pregunten al Little Sam. Ustedes saben de qué estamos hablando…