Por: Ruta5
Sin duda que cuando alguien se quiere ganar el pan de cada día no hay nada que lo detenga o apene, tal es el caso de la hondureña llamada Ingrid.
Ella vende pastelitos de elote y montucas en la ciudad de Houston, Texas en la “Yunais” y su historia fue dada a conocer por un grupo de catrachos que radican en ese país.
Ingrid emigró de Honduras hace ya más de una década y hoy en día ve cómo su negocio ha adquirido una fuerte clientela, estaciona todas las noches de domingo su vehículo tipo pick up para vender todos sus bocadillos que son del gusto de hondureños y de personas de todas las nacionalidades.
“El atol de elote vale $3.00 los servimos sólo para llevar”, cuenta. Son casi 70 lempiras.
A Ingrid no la detienen ni la lluvia ni el frío para vender su producto en los últimos cinco años. “Aquí hay que buscarle a la vida para salir adelante… El resto de la semana me dedico a surtir producto por encargo”, señala.

Reynaldo Euceda, uno de sus más fieles comensales, asegura que los tamalitos de elote y las montucas de Ingrid le hacen recordar su natal Choluteca, los pide hasta en sus eventos familiares!
“Ya días estamos comprándole a ella tamales, atol y montucas…son riquísimos”, expresa el señor, mientras interrumpe Ingrid: serían 7 dólares, dos tamales y el atol”
No cualquiera agarra el valor de salir a vender en su carrito una de los bocadillos más típicos de nuestro catracho, tomando en cuenta la actual situación migratoria de los latinos en el país del norte.
Vía. Ruta5