No cabe duda de que los adultos tenemos mucho que aprender de la forma en la que los niños ven el mundo y hallan respuestas de lo que está a su alrededor.
Y para muestra un botón una niña le dio una gran lección de diversidad a la cajera de una tienda departamental cuando, al querer comprar una muñeca, la pequeña fue cuestionada sobre el juguete que había escogido y que no iba con la fisonomía de la niña ni con los estereotipos socialmente establecidos.
“Al estar en la caja para pagar, la cajera le preguntó si iba a ir a alguna fiesta de cumpleaños. Las dos nos quedamos en blanco cuando hizo esa pregunta. Entonces ella señaló la muñeca y le preguntó a Sophia si había escogido esa muñeca para alguna de sus amigas. Sophia seguía sin entender lo que la cajera cuestionaba y yo le hice saber que era el premio que había escogido por completar su entrenamiento para ir al baño. La mujer me miró intrigada y le preguntó a Sophia: ‘¿estás segura que quieres esa muñeca?’, y Sophia dijo: ‘¡sí, por favor!’.
La cajera replicó: ‘pero ella no luce como tú. Tenemos muchas muñecas que se parecen a ti’. Inmediatamente me molesté, pero antes de poder decir algo Sophia respondió: ‘sí se parece a mí, ella es doctor, así como yo y yo soy una niña bonita y ella también, mira lo bonito que es su cabello y mira su estetoscopio’. Lo bueno es que la cajera decidió dejar el asunto y solo respondió: ‘oh sí, es muy bonita’.
Sin duda nadie absolutamente nadie nace con prejuicios, somos nosotros mismos los que nos encargamos de hacer esto, y es por eso que tenemos tanta discriminación hoy en día.