Era la boda soñada, tal como ella la novia había pensado desde que compartía con su novio los momentos más románticos de su vida.
“Prometo ser tu consejera y mejor amiga“, dijo la novia —cuyo nombre no se sabe— en el preciso segundo en que la ministra que estaba casándolos en Estados Unidos se transfiguró, emitió un sonido gutural y vomitó.
Sin embargo, la enamorada apenas miró el nuevo foco de atención y continuó con sus promesas. Tras unos brevísimos segundos, una de las testigos y el padre de la novia fueron en ayuda de la ministra descompuesta.
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