El periodista Tito Hernández es muy querido en su tierra natal Gracias, Lempira. Su programa “Sin Barreras” se trasmite los domingos de 9 a 10 de la mañana y es muy visto por los gracianos.
A Tito todos lo quieren y lo respetan por su gran profesionalismo.
Su historia es especial y un ejemplo de vida. El comunicador perdió la vista desde pequeño y en la vida se enfrentó a grandes desafíos, pero eso no le quitó el sueño de convertirse en un periodista profesional.
En su mochila no puede faltar la grabadora, radio, teléfono y un peine “pues debo de lucir siempre nítido y catrín”, dice entre risas.
Me cuenta que se considera un buen periodista y un sabueso en buscar buenas noticias. Sus armas de combate son: Un bastón, una grabadora y un braille.
PRINCIPIOS
La tarde luce perfecta, el entrevistado y yo nos sentamos en una banquita del parque de Gracias, no suelta su bastón (su mejor amigo) y me recuerda que la carrera del periodismo tiene cuatro principios: orientar, informar, educar y entretener.
“Desde chiquito me gustaron los medios de comunicación; mi pasión es escuchar la radio y el día que no escuchó las noticias no me siento bien. Con el tiempo Sentí que esta es mi carrera y me puse a estudiar periodismo”, relata Tito Hernández de 29 años de edad.
“Desde pequeño mi juguete favorito era un radio de baterías; incluso desprecié ser maestro para ser periodista”, cuenta con alegría.
UNA VIDA SIN LÍMITES
-¿Con qué obstáculos se ha encontrado en la carrera del periodismo? -le consulté.
Tuve muchos obstáculos. A veces las personas creen que nosotros los ciegos no podemos ejercer la carrera. Una maestra me decía que como vas hacer entrevistas, sino podes ver y si trabajas en la televisión como vas a saber dónde está la cámara”.
“La misma sociedad nos pone los obstáculos, pero cuando uno tiene el deseo y la convicción de hacer algo, no hay barreras que lo detengan”.
La plática se pone buena y Tito empieza a contar chistes “SOY CIEGO, PERO NO TONTO”. Ambos sonreímos.
Se le infla el pecho cuando le hablan del periodismo y me afirma que “este es el oficio más bello del mundo”.
Aconseja que el periodista debe ser honesto, objetivo y con principios morales.
Y para terminar me dice que “mi sueño es poder trabajar en Televicentro”.
Es hora de marcharme, pues el programa “Sin Barreras” está a punto de salir al aire y es el momento de que Tito informe la actualidad de lo que sucede a nivel nacional e internacional.