Por FERNANDO BERRÍOS
Qué corazón el de la hondureña de la que les voy a comentar.
Ella adelante, con su hija de unos siete años y con su empleada que le cargaba a su bebé de unos cinco meses.
La mujer compró dos granitas de café, las pagó y al recibirlas tomó una para ella y otra paRa su hija, la de unos siete años.
Qué buen ejemplo le está dando esta mujer a sus hijas… Qué dicha que El Creador no la mandó a este mundo décadas atrás cuando el esclavo se compraba y se vendía…
Y personas como estas, que transpiran soberbia e ignorancia, son los más exigentes cuando hablan de un país justo y digno.