Feminicidios: Como mujer siento rabia, dolor e impotencia…

Hola, soy Karla Oseguera, tengo 24 años y soy una mujer como cualquiera de ustedes, llena de vida, de alegrías, sueños por realizar, con una imaginación sorprendente de cómo construir mi futuro, alguien a la que le encanta regalar una sonrisa, coquetear con el pelo y de vez en cuando con la mirada, esa soy yo.

Vos y yo nos parecemos, ¿verdad?.

Pero también soy una mujer que siente rabia, dolor, impotencia, frustración al saber que desgraciadamente en esta sociedad nos hemos convertido en una fórmula donde día con día se va familiarizando y perdiendo el mínimo grado de sensibilidad.

MUJER = NO VALE NADA EN LA SOCIEDAD.

Por muy fuerte que esto se lea, tiene la lógica suficiente y es que en diez años van 4 mil 700 mujeres asesinadas donde más del 85 por ciento de los casos se encuentran en impunidad, y probablemente este número nunca disminuya.

Hoy leía unos comentarios que decían “Ah, pero 4 mil 700 mujeres no es nada para la población hondureña, y en diez años… ¿De qué se quejan?”.

Espero de todo corazón que usted no sea un estúpido de esos, que está haciendo cuentas matemáticamente.

Vivimos en una sociedad donde dormimos y despertamos con la muerte, le explico por qué:

¿Vas a llegar mañana a la casa de Juana López?  Si Dios quiere ahí  llegó.

Nos vemos al rato, si Dios quiere, porque uno nunca sabe si va a regresar.

¿Qué vas hacer el fin de semana? Si Dios quiere salir con mis amigos.

¿De qué te vas a graduar? Si Dios quiere de maestro.

¿Cuántos años cumplís? Si Dios quiere 27.

Y así puedo seguir con una lista interminable de SI DIOS QUIERE, y ojo no quiero herir susceptibilidades religiosas, pero es más fácil hacernos la idea que si nos sucede algo es porque Dios ha si lo decidió y hasta ahí era nuestra misión que darnos cuenta en la sociedad tan terrible en la que vivimos.

No es normal ni sano que como mujer que:

Me persigne cada vez que me subo un taxi.

Que pierda horas buscando a un conductor viejito con cara de buena gente para que no me asalte, ni me viole y en el peor de los casos me mate.

Pienso y repienso en ponerme algo corto, porque una no puede salir así por dos motivos: si está soltera le quieren meter mano, y si está casada, se busca un problema con e l esposo.

No es normal que vayamos hacer ejercicio  con un pantalón y una sudadera, para que no nos morboseen.

Que nos digan salvajadas y nos tengamos que quedar calladas por miedo.

Que si nos pegan es porque algo hicimos

Una sociedad que ve normal todo esto está destinada a fracasar, soy mujer merezco ser tratada como tal con delicadeza, como creación perfecta, con respeto amor y no como una fórmula matemática.

Pero usted que me está leyendo tiene el poder de corregir este desastre y eso está desde los valores, la cultura que imparte desde su casa.

Al final de todo, yo solo soy Karla Oseguera.