No vidente comenzó como conserje y hoy es maestro de Psicología en la Universidad Cristiana

Esta es una de esas historias que me encanta compartir porque le demuestran a todos los habitantes de Honduras que cuando se quiere se puede, las excusas no tienen cabida en la vida de Cristian Joel Murillo.

Esta excelente historia nos la cuenta la periodista Claudia Mendoza.

Cristian es ciego, licenciado en Psicología con maestría en Educación y Aprendizaje y está a punto de finalizar su master en Psicología Social.

Hoy da clases de Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Cuando Cristian tenía ocho años un camión no se fijó que el pequeño estaba detrás y las llantas pasaron sobre la cabeza del niño que logró ponerse de pie y caminar unos pasos para que el pesado vehículo no terminara con su vida.

Un día después, Cristian despertó y gritó. Una voz le dijo de manera suave y calmada: “¡Cállese, hay otros niños dormidos aquí! Está en el Mario Catarino Rivas”.

Fue cuando supo lo que le pasaba a su vista.

Lo más triste es que son unos días atrás Cristian había perdido a su madre a causas de leucemia. Ella solo tenía 30 años de edad.

“Miré doctor, yo vengo a que me diga si tengo posibilidades de ver o no”, recuerda que le dijo a un médico que visitó en El Salvador, 3 meses después del accidente. La interrogante dejó atónito al galeno, quien hizo honor a la contundencia de aquel pequeñín respondiéndole, segundos después de guardar silencio: “es la primera vez; ni adultos ni niños me han hablado de esa manera. No, no hay posibilidades de que veas y quien te diga lo contrario es que quiere sacarte dinero”.

A Cristian le ayudó muchísimo su tía Olga, quien lo llevaba de El Progreso a San Pedro para que pudiera estudiar el alfabeto Braille. La abuela materna, Ángela, se convirtió en la figura materna del pequeño, le dio amor, afecto, cariño y los consejos sabios y oportunos que solo las abuelas saben dar.

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Doña Ángela falleció cuando Cristian tenía 18 años de edad. El reclamo a Dios, la rabia contenida de Cristian hicieron que se convirtiera en una persona de carácter. Fue su tía que le ayudó a culminar la universidad mientras encontraba un trabajo.

El primer empleo de Cristian fue conserje en una clínica de rehabilitación, después aprendió hacer fisioterapia y termino esta etapa como administrador y coordinador de la clínica de rehabilitación.

Con apoyo de los Jesuitas en el norte del país, Cristian logró terminar la licenciatura en Psicología.

“En el camino debemos tomar decisiones, y psicología se presentó como una oportunidad que abracé y que me ha permitido 10 años de carrera”, sostiene.

Cristian puede manejar las redes sociales a la perfección, manejo del celular, de whatsapp, nada que envidiar a una persona con el sentido de la vista intacto; me recuerda a mi querido amigo Ivis Vásquez, ciego de nacimiento y con una inteligencia que asombra a cualquiera.

“Cuando ingreso al mundo universitario en la docencia, ya tenía manejo de web 2.0 por ejemplo, que es tecnología aplicada a la docencia, ya tenía manejo de redes sociales, manejo de todos los paquetes básicos de office”, dice, al tiempo que agrega, “con mis estudiantes hemos desarrollado grupos de WhatsApp, a través de los que mando información, la secuencia didáctica de mis clases con anticipación, para que sepan qué cosas vamos a ir a trabajar en clases. En las redes sociales con los amigos voy publicando cosas, voy interactuado con ellos. Y a nivel de correos electrónicos igual, doy consultorías y capacitaciones, entonces las empresas lo que hacen es contactarte vía correos”.

Por fortuna, Cristian se tropezó con personas que antepusieron las capacidades y talentos de los seres humanos a los prejuicios sociales. Las puertas en la universidad donde trabaja, se le abrieron casi por “arte de magia”, gracias a su impresionante formación.

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“La prioridad fue revisar su currículo. Hasta allí no le conocíamos personalmente. Él aspiró, vimos su perfil y básicamente lo llamamos, entrevistamos. En ningún momento nos fijamos en alguna limitación física de parte de él, sino que reconocí que él era una persona que llenaba los requisitos que nosotros estábamos necesitando”, sostiene Rina Mercedes Morales, Administradora Académica de la Universidad Cristiana.

Cristian antes de iniciar sus clases acostumbra a brindar charlas motivacionales para incitar a los estudiantes a lograr sus metas.

Es probable que Cristian Joel Murillo sea el primer maestro ciego a nivel universitario en Honduras. No conozco otro caso, si alguien conoce otro; favor avisarnos para hacer la respectiva publicación.

“Él se desarrolla mejor que muchas personas que pueden ver. Él nos inspira, él nos inspira que nosotros alcancemos, logremos nuestros sueños, nuestras metas, eso que tanto anhelamos. Él es un hombre humilde y la verdad que nosotros nos sentimos privilegiados de tenerlo como nuestro catedrático”, dijo con contundencia Josué Jiménez, uno de sus estudiantes de Psicología.

Para Paola Howking, otra de sus estudiantes, “es un orgullo tenerlo como mi profesor, alguien que me ayuda, es una motivación. Me siento orgullosa de que a veces, con pequeños detalles queremos dejar nuestra carrera y al verlo a él, para mí, para los que estamos con él, es una motivación seguir adelante”.

Cristhian jamás conocerá físicamente a sus estudiantes. Sin embargo, la conexión que crea ente su personalidad y las voces, los olores y los anhelos de estos jóvenes es impresionante, pues está convencido que debe ayudar a motivar a otros a alcanzar sus metas en la vida.

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”. Antoine Marié De Saint-Exupéry.