Ana Joselina Fortín puso en alto el nombre de Honduras al ganar una medalla de bronce en la categoría masters en Hungría y la gente, en lugar de alegrarse… ¡La insultó!
“Vendida”, “corrupta”, “traidora” fueron los adjetivos más “suaves” que le llovieron en las redes sociales.
¿Por qué?
Sencillo. La gente no olvida que Ana Joselina se le dio vuelta al Partido AntiCorrupción de Salvador Nasralla en las polémicas elecciones de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Contrario a la línea del PAC de mostrar al público por quiénes estaban votando, varios diputados del PAC, entre ellos Ana Joselina, no enseñaron su papeleta.
La orden era votar en contra de la nómina propuesta por nacionalistas y liberales, pero Ana Joselina hizo lo contrario.
De inmediato hubo acusaciones contra esos diputados de haberse vendido al Partido Nacional, y, aunque nunca han demostrado pruebas, hoy Ana Joselina es candidata a diputada por Francisco Morazán bajo la bandera chachureca, lo que no hace más que levantar más sospechas.
Ana Joselina, lamentablemente, perdió en política toda la imagen de respeto, admiración cariño que se ganó durante una destacada carrera como nadadora.
Su sonrisa es una de las imágenes imborrables en los Juegos Centroamericanos que se desarrollaron en Tegucigalpa en 1990, cuando arrasó en la piscina.
Pero de eso han pasado casi treinta años y la gente, especialmente en las redes sociales, no olvida el papel que Ana Joselina desempeñó en la elección de los magistrados.
Ese mismo pueblo que la aplaudió hoy la abuchea.
Ahora bien, la pregunta es: ¿Debe mezclarse lo que Ana Joselina es como nadadora con lo que es como política?
Si gana bronce, ¿se le deben sacar los trapitos al solo por traicionar al PAC, o más bien se le debe felicitar?
En nuestra opinión, no deberían mezclarse ambas cosas, pero será imposible que eso suceda, tal y como acaba de quedar demostrado hoy luego que ella ganara bronce en Budapest.
