Los que pensaban que Platanito le iba a ganar a Cepellín NO saben nada de boxeo

En lugar del anuncio de It´s showtime del presentador Jimmy Lennon Junior, hubieran dicho “Damas y caballeros, con ustedes, los payasos Platanito y Cepellín”.

Si Floyd Mayweather se echará al menos 100 millones de dólares y Connor McGregor treinta millones de dolarianos, eso es porque hubo gente bruta que estuvo dispuesta a poner billete para montar ese show circense.

Los que pensaban que McGregor tenía siquiera una remota posibilidad de ganar no saben nada de boxeo.

¿Cómo iba a lograrlo un peleador técnicamente limitado frente al boxeador defensivo más completo de la historia?

Canelo Álvarez, Miguel Cotto, Ricjy Hatton, Óscar de la Hoya, Sugar Shane Mosley, Chico Corrales, Marcos Maidana, José Luis Castillo, Arturo Gatti, Manny Pacquiao, todos ellos grandes campeones en distintas categorías, no pudieron descifrar el estilo del Money, y perdieron.

Si le damos la vuelta a la tortilla, y metemos a Floyd a pelea con las reglas de las artes marciales mixtas del UFC, McGregor lo destruiría en un round.

Esto fue un show, una payasada, algo similar a la lucha libre. No, no fue una pelea. La verdadera pelea ocurrió en StubHub Center de Carson, California, entre Cotto y el japonés Kamegai, quienes se dieron con todo durante doce salvajes rounds.

Ganó Cotto, quien perdió por una cerrada decisión contra Floyd.

Mayweather y McGregor avergonzaron al boxeo. Durante la promoción se comportaron como dos patanes, y no como dos campeones.

Obviamente, para promocionar la pelea.

McGregor ganó una bolsa que jamás verá en la UFC, y regresará feliz al octágono, donde es la verdadera superestrella.

No vale la pena ni siquiera contar cómo fue la pelea entre el estilo robotizado de Mcgregor (similar al de Drago, el de Rocky IV), y el Mayweather.

Dios nos libre de otro espectáculo como el de ayer.