La primera vez que fui al Novateatro fue un sábado a ver la obra de ¿Quién entiende a las mujeres? Me sorprendió mucho, porque estaba a reventar, había parejas de enamorados, familias completas, abuelos y unas dos que tres personas que andaban solas, como yo.
Esa noche no paré de reírme y me prometí que tenía que regresar y así fue. El Novateatro, que quedaba ubicado en el centro comercial Los Próceres, me vio reí, llorar y reflexionar.
Hoy me da mucha tristeza pues lo han cerrado.
Es lamentable que en vez de abrir más espacios los quiten. Aquí se cierren sueños, cultura, historias de amor, risas, llanto y sobretodo, sana y culta diversión.
“Los dueños del centro comercial Novacentro decidieron cerrar Novateatro, porque no era rentable, después de varios años en que sirvió como escenario para muchas obras teatrales, entre ellas las producciones de La Caja Musical como Un Cuento Catracho de Navidad, Un Día de Locos, ¿Quién entiende a las Mujeres? y Señor Ministro”, me dice Boris Lara director de Caja Musical.
La cultura capitalina pierde un espacio muy importante de difusión artística y cultural.
“Es un duro golpe para todos los grupos teatrales que habíamos hecho de Novateatro nuestra casa, la cultura y el arte cada vez tienen menos importancia en nuestra sociedad, y eso es muy peligroso, pues nos estamos convirtiendo en un pueblo sin identidad”, finalizó Lara.
Un pueblo sin arte es un pueblo muerto y siento que así estamos quedando.
Las autoridades pertinentes no deben permitir esto. Esos lugares deberían estar asegurados de generación en generación.
El cierre de Novateatro también muestra el poco interés de los hondureños por la cultura.