Por FABRICIO CASTILLO
El golpe seco del guante sobre la manopla… ¡Bam! Combinación jab-cruzado de derecha-gancho de izquierda… ¡Bam, bam, bam! El ídolo mueves los brazos en el aire y da instrucciones: “Guardia arriba, guardia arriba… Jab, jab, jab”… A pesar de los cambios que el paso del tiempo ha dejado en su cuerpo, lo reconozco. Sí, es él. Darwin Ángeles. La Pulga que ganó tres medallas de oro en Juegos Centroamericanos.
En sus recuerdos suena la campana y salta al cuadrilátero para representar a Honduras en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos en la categoría minimosca. Nunca importó quién era su rival, pues nunca se le rajó a nadie.
Aquel boxeador de los años 80 y 90, hoy cuenta con 49 años, con menos cabello y con las marcas en su rostro de una vida de trabajo para transmitir sus conocimientos a jóvenes que desean practicar el deporte de “las narices chatas y orejas de coliflor”.
La Pulga se caracterizaba por su técnica boxística y como él mismo lo pregona: “nunca quise ser un fajador (boxeador de intercambio de golpes), porque lo mío era pegar y que no me pegaran”.
A La Pulga se le puede encontrar en el megaparque de la colonia Campo Cielo de Comayaguela, entrenando a niños.
Es uno de tantos entrenadores contratados por el Gabinete de la Prevención para transmitir sus conocimientos en barrios de Tegucigalpa.
Mitad entrenador, mitad padre, les ayuda a los jóvenes a mantenerse alejados de los problemas. “El deporte es de gran ayuda porque les permite hacer ejercicios, mantenerse entretenidos y tener la mente enfocada en cosas buenas”, dice.
Pocos saben que este hombre fue un CAMPEÓN, así, en mayúsculas.
“Creo que ya no es mucha gente que se acuerda de uno. En la vida si estás bien, te miran bien y ya cuando pasan las cosas no se acuerdan de uno”, dijo con resignación esta gloria del deporte hondureño que ganó medalla de oro en los IV Juegos Centroamericanos realizados en Tegucigalpa, V Juegos en El Salvador y VI en San Pedro Sula.
¡Tres de oro!
FOTO: Oro en los IV Juegos Deportivos Centroamericanos realizados en Tegucigalpa en 1990.
Ante la consulta de cuál medalla tiene más valor, La Pulga aseguró que las tres tienen el mismo valor porque “me costaron el mismo sudor y sangre”.
“Le cuento que por haber ganado esas tres medallas solo el fallecido presidente José Simón Azcona, me regaló 5,000 lempiras”.
Además, “La Pulga” representó a Honduras en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 y Atlanta 1996, así como en los Juegos Panamericanos en Mar del Plata 1995, donde su compañero de equipo, Geovany Baca, ganó la medalla de bronce.
Con más de una década (14 años) alejado del ring y ahora como instructor de boxeo, “La Pulga” Ángeles asegura que nunca se arrepentirá de haber practicado el boxeo, porque hizo lo que más le gustó.
Además, confió que hasta el momento no ha presentado ninguna secuela a raíz de la práctica del boxeo.
“Tengo la dicha que ni el tabique me fracturaron”, dijo entre risas.
Su época la dorada
Para “La Pulga” su época boxística es la dorada para Honduras, a pesar que hoy se tenga a los pugilistas profesionales Josec “Escorpión” Ruiz, Miguel “Muñeco” González y Jorge Luis “Chele” Muguía.
“La de nosotros con Geovany Baca ha sido la época dorada del boxeo hondureño y el que se atreva a decir lo contrario es un mentiroso”, dijo “La Pulga”.
Considera al “Escorpión” y al “Muñeco” como muy buenos prospectos, pero –advierte- ellos no tuvieron una escuela amateur, ellos saltaron demasiado rápido a lo profesional.
Recordó con propiedad que todos los mejores boxeadores profesionales han pasado por lo que es un boxeo olímpico y ellos (Escorpión y Muñeco) no tuvieron esa facilidad.
“No quise ser boxeador profesional porque no iba a ganar lo que me pudiera asegurar una vida y que valieran los cortes que se pudieran dar”, señaló.
Con propiedad e inflando su pecho de orgullo, “La Pulga” dijo que nunca lo noquearon, “sí me botaron, pero me levantaba y terminaba la pelea”.
Y cuando no la terminaba –confió- no era por un KO, sino por un RSC (Réferi Suspende Combate), porque a veces había superioridad y para protección suspenden la pelea.
Aunque recibió muchos golpes y en algunos considerados “bajos o prohibidos”, La Pulga asegura que en el ring nunca lloró, ni de felicidad ni de dolor.
“Siempre fui machito y mis victorias se las dediqué al pueblo hondureño y a mi familia”, agregó.
“Toda la vida peleé por Honduras, nunca peleé por un centavo”. Con esta frase se despidió “La Pulga” Ángeles luego de cumplir su jornada de trabajo en el megaparque de la colonia Campo Cielo.
FOTO: Segunda medalla de oro centroamericano. Esta vez en San Salvador.