Pinto… ¿Estafador, extorsionador, narco, marero?

Jorge Luis Pinto.

Si Honduras hubiera clasificado al Mundial, todos tendríamos a Jorge Luis Pinto como a nuestro salvador, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… ¡Amén!

No faltaría quién pidiera una estatua en homenaje al DT colombiano y en el Congreso Nacional, como ocurrió con Reinaldo Rueda, le darían la nacionalidad hondureña.

Pero como no clasificó, ahora resulta que su salario (puesto al descubierto por una excelente investigación de Diario EL HERALDO), es indigno y un insulto para este país lleno de miseria.

Para comenzar, lo que ganaba Pinto en la H era una papada (un millón 200 mil lempiras mensuales), comparado con los salarios que le ofrecieron en otros países. Los 250 mil dólares al mes (cerca de seis millones de lempiras), que le ofrecían en Arabia, por ejemplo.

Sin embargo, Pinto se decidió por Honduras, país al que vino a trabajar con ética y responsabilidad, porque si hay algo que este señor tiene, eso es que es un apasionado de lo que hace.

¿Acaso no lloraban como nenas varios jugadores porque Pinto “nos entrena mucho y nos duele el cuerpo”?

Clasificar o no está entre los riesgos para cualquier entrenador, sea el mejor o el peor pagado del mundo.

¿Manchester City, Barcelona y Juventus no quedaron eliminados de la Champions a pesar de lo que ganan Guardiola, Valverde y Allegri?

¿Y qué nos dicen de Mourinho y su Manchester United?

Hay tanta hipocresía en este tema. Si un millón 200 mil lempiras es un insulto, entonces que el próximo DT sea hondureño.

Apostemos por lo nuestro, con sus virtudes y defectos, y nos hacemos un solo nudo.

Pero no vengamos con el cuento ese de que Pinto insultó al país. No seamos falsos. Alrededor de la H, todo es estafa, y nosotros lo aceptamos: las camisetas “originales” de mala calidad que venden los grandes almacenes; las entradas de boletos a los estadios, la cerveza que te venden, etcétera.

Puro negocio.

Sin embargo, los patrocinadores están dispuestos a invertir billete para pagar el salario del DT de la H. Así es el mercado.

En todo caso, Pinto no es el culpable. El negoció como entrenador de elite, luego de colocar a Costa Rica entre las ocho mejores selecciones del mundo en Brasil 2014. Pinto pidió, Rafael Leonardo Callejas le dio.

El salario de Pinto solo es una mancha más en las putrefactas estructuras del fútbol hodureño, que hace jugar en lugares inhumanos a sus niños, y se interesa únicamente por clasificar al Mundial cada cuatro años.

Pero de allí a retratar a Pinto casi como a un delincuente hay mil años luz de distancia…