Era una fiesta y terminó en tragedia… ¡¿Cuándo vamos a reaccionar?!

Foto de @diarioelheraldo (Twitter).

No sé cómo comenzar ni qué voy a escribir, estoy en blanco, solo me estoy dejando llevar por lo que siento, y en este momento es mucho temor e incertidumbre por lo que se ha vivido esta noche en Tegucigalpa.

El Clásico entre Olimpia y Motagua se debía disputar este sábado a las 7:30 de la noche, pero técnicamente pasó de todo; un ataque al bus de los azules, disturbios fuera y dentro del estadio, gases lacrimógenos e incluso personas que perdieron la vida.

Hay muchas cosas a señalar, y no sé qué piensan ustedes, pero al menos yo considero que hay una suma de todo para estos lamentables incidentes.

  • COMISIÓN DE DISCIPLINA: Disculpen la palabra pero fue una estupidez anunciar que la barra del Olimpia no podía ingresar a este duelo, sabiendo que no hay un censo ni un control para evitar esto. A ello agreguen despreocupación total durante la semana a pesar de los diferentes señalamientos.
  • SEGURIDAD: Señores… ¡Este sigue siendo un partido de alto riesgo! Por lo tanto se deben tomar medidas para evitar cualquier cosa, entre ello el posible ataque al bus de uno u otro equipo, algo que no sucedió.

Motagua

  • LIGA NACIONAL: El ataque al transporte de Motagua se conoció casi una hora y media antes del inicio del partido, y las autoridades de Liga Nacional: “Bien, gracias”. Se tardaron un mundo en anunciar la suspensión del partido, tanto así que lo hicieron oficial en su Twitter a las 7:45 de la noche.
  • LOS ENCARGADOS DEL JUEGO: El comisario del partido, cuyo nombre se me escapa en este momento, parecía estar desentendido de lo que estaba sucediendo, pues no paraba de decir en los medios de comunicación que: “Debemos seguir con el procedimiento”.

Esta idea absurda de seguir “con el procedimiento” previo a un juego, hizo que Olimpia y los árbitros salieran a calentar sin que el rival estuviera en el inmueble, algo sin sentido alguno.

Es mas, si los aficionados no entran a la cancha para escapar de los gases lacrimógenos, la cuarteta arbitral iba a entrar al campo, dejar pasar 15 minutos y luego darle los tres puntos al equipo blanco.

Incluso con cientos de seguidores sobre el césped, Saíd Martínez y compañía tomaban camino hacia el campo, pero claro, la lógica los hizo regresar a camerinos.


En fin, podría seguir numerando muchas cosas más, y con todo ello solo sigue quedando algo claro: ¡Somos una pesadilla como sociedad!

Aquí no es cuestión de tirarse la piedra diciendo que uno es culpable y otro no, es cuestión de buscar una reacción de nuestras autoridades, pues estamos cansados de que las cosas pasen y no se haga nada al respecto.