Recientemente el mundo entero y en especial las Islas Gran Bahamas y Abaco se han visto consternados y alarmados ante la llegada del temido huracán Dorian, que amenaza con desplazarse lentamente por el territorio estadounidense.
Según expertos cuando el ojo de un huracán toca tierra, los habitantes de la zona que se encuentran en la parte central de este, ven retornar la calma, lo que no saben es que lo peor está por venir.
Así es, aunque parezca que todo ha pasado, esa tranquilidad debe ser motivo de máxima precaución, porque aunque el cielo se ve despejado y el clima parece normal es señal de que se avecina una gran catástrofe.
Incluso dentro del ojo de la tormenta puede apreciarse la salida del sol, vientos pausados e incluso en horas de la noche se observan las estrellas.
Los huracanes se forman a partir de centros de bajas presiones atmosféricas en aguas cálidas alrededor de los cuales comienzan a circular fuertes corrientes de aire, entonces cuando el océano se calienta el aire se eleva y forma remolinos para rellenar la baja presión que esto crea.
Esto hace que se succione el aire hacia adentro y arriba, lo cual refuerza la baja presión en el centro y cuando la velocidad del viento aumenta a 128 km/h, se crea una especie de vacío que es lo que los meteorólogos llaman el ojo que aparentemente mantiene una forma circular.
Pero nos preguntamos por qué la calma dentro del ojo, las razones aun ni siquiera los científicos las explican aunque se manejan varias teorías, pero lo que sí es cierto es que este lugar contradice el dicho “después de la tormenta viene la calma”.
No lo es en el caso de encontrarse en el ojo del huracán, como pasó este pasado domingo en las Bahamas en que el fenómeno parecía haberse alejado provocando calma en los habitantes de la zona, quienes salían a tomar videos y fotografías del favorable clima en el que creían permanecer.
Ante la tranquilidad autoridades del Centro Nacional de Huracanes NHC de Estados Unidos alertaron a los pobladores del lugar para que se mantuvieran alerta y se preparan con las precauciones necesarias; porque el huracán volvería a azotar, pero ahora con mucha más fuerza, y así fue.
Los expertos recomiendan nunca subestimar a un fenómeno natural pues estos dejan pérdidas humanas y materiales irreparables.
