La Ceiba, Paraíso del Ecoturismo en Honduras

Llamada también Ceibita la bella o la novia de Honduras, esta alegre ciudad fue fundada en 1877, su desarrollo es producto de la actividad bananera en el siglo XX, siendo una ciudad-puerto para la exportación del banano hacia Norte América, que hoy se ha convertido en una ciudad con gran variedad de atractivos turísticos que la convierten en el lugar perfecto para vivir experiencias inolvidables.

Esta ciudad que enamora con su ambiente alegre y festivo es cuna del Carnaval más grande de Honduras, el Carnaval Internacional de la Amistad que se celebra en mayo de cada año, y que reúne a miles de visitantes en la ciudad.

Empezar el día aventurándose en el majestuosamente el Pico Bonito, famoso por su altura de 2,435 metros sobre el nivel del mar, y por su topografía escarpada y accidentada que le da el nombre. Pico Bonito, con una alta biodiversidad de especies de fauna  como el jaguar, tigrillo, mono, tepezcuinte, pizote, tucán, loro, danto, quetzal, iguana y chancho de monte, algunas de ellas en peligro de extinción, lugar perfecto para los amantes del senderismo, aviturismo y deportes extremos.

Hacer un emocionante recorrido en el río cangrejal entre impresionantes rocas producto de la formación geológica, que forman rápidos que enamoran a los amantes de la adrenalina al practicar el rafting de categoría 5, o simplemente relajarse en sus piscinas naturales y contemplar la belleza del parque, es una experiencia inolvidable.

También se puede disfrutar de un delicioso chapuzón en una de las hermosas playas de las comunidades Garífunas cercanas a la ciudad como Corozal y Sambo Creek, donde además se puede disfrutar de la exquisita gastronomía local,  con platillos hechos a base de  mariscos y leche de coco, sin dejar de probar su bebida tradicional, el gifiti, exclusivo para valientes.

Otro lugar encantador donde el cielo se besa con la vegetación es la Laguna del Cacao, ideal para la práctica del kayaking, para luego relajarse en las aguas termales con la opción de celebrar una noche de fiesta en la ciudad.

Una visita al Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado es encontrarse con la esencia de la creación, recorriendo en lancha por los canales, acompañados del bullicio de monos aulladores, monos cara blanca, cocodrilos, tortugas, patos silvestres, gallitos de agua y posiblemente algún manatí.

Regresando a la ciudad se puede disfrutar de una visita al muelle y malecón llamado Paseo de los ceibeños que ofrece atardeceres inolvidables.