José Trinidad Reyes, un héroe e inspiración para los estudiantes de Honduras

Con foto tomada de la UNAH.

La educación. Cuando mencionamos esta simple palabra formada por las cinco vocales de abecedario, a las cuales se les conoce como pentavocálicas. En fin, la educación es una área en la cual Honduras necesita desarrollarse mucho más, pero con el tiempo ha ido evolucionando utilizando nuevas herramientas, como lo son las electrónicas.

¿Pero, qué relación tiene el poeta y músico de José Trinidad Reyes con la educación? Aparte de estos dos cargos, Reyes también era un educador y el 11 de junio de cada año, se conmemora y recuerda a este histórico personaje de Honduras por ser el precursor y fundador de la primera universidad pública en el país, facilitándole así, el derecho de adquirir conocimientos a muchos hondureños.

El nacido el 11 junio de 1797 en Tegucigalpa, se le recuerda como uno de las personas más importantes, si no es que el más, en darle una nueva cara y vida a la educación en nuestro país. Con él nació la gran Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la cual era en sus inicios una Casa de Gobierno, pasó a ser casa de la educación superior gracias a los esfuerzos del “Padre Trino”, como se le conocía.

Como fundador de la UNAH, pasó a instalarla formalmente en 1847 en la iglesia de San Francisco, donde organizó la primera biblioteca de Honduras llamada “Imprenta de la Academia“. Con el paso, la UNAH fue tomando diferentes nombres, hasta ser la Ciudad Universitaria, como se le conoce actualmente al campus más grande de Honduras.

Pero para sorpresas de muchos, como ya mencionamos anteriormente, Reyes era un pionero de la teatro y mundo artístico. Redactó varias pastoleras, el cual se define como la forma musical de origen pastoril de ritmo sencillo y alegre. Posteriormente fueron construidas por Rómulo Ernesto Durón, por lo que pasaron a ser las primeras manifestaciones teatrales en Centroamérica.

Además de ello, José Trinidad era un total defensor de los derechos de las mujeres, protector y un consiente total de las luchas feministas. Para cerrar este espacio de conocimientos, de todas las características, tenía un don que, hoy en día, muchos quisiéramos poseerlo, y es que era un políglota por excelencia, es decir, hablante de muchos idiomas, en los que destaca el griego, latín, español y el francés.