Día Internacional del Fútbol Femenino

Este 23 de mayo se celebra el Día Internacional del Fútbol Femenino, una fecha para visibilizar, reconocer y honrar la lucha de miles de mujeres que, con esfuerzo, talento y determinación, han desafiado estereotipos para abrirse camino en un deporte históricamente dominado por hombres.

En Honduras, esa lucha también se juega dentro y fuera de la cancha. Aunque el camino ha sido largo y todavía quedan obstáculos, las futbolistas hondureñas continúan demostrando que el amor por el balón no tiene género.

Foto: Vilma Zelaya

Pasión que rompe barreras

Desde niñas que juegan descalzas en los barrios, hasta seleccionadas nacionales que visten la camiseta con orgullo, el fútbol femenino hondureño está lleno de historias de sacrificio, constancia y sueños que se escriben entre entrenamientos al amanecer y partidos sin reflectores.

“Nos ha tocado abrir puertas con trabajo y resistencia. No es fácil, pero cada paso que damos es también por las que vienen detrás”, comenta una jugadora de la Liga Femenina de Honduras.

La camiseta también es de ellas

A lo largo de los años, futbolistas como Claudia Fortín, Jenny Alarcón, Yoselin Cruz y muchas otras han sido pioneras, enfrentando falta de recursos, poco apoyo mediático y limitadas oportunidades. Aun así, han levantado la voz y el nivel, demostrando que el fútbol también es suyo.

En la actualidad, la Selección Nacional Femenina continúa buscando protagonismo en torneos internacionales, mientras nuevas generaciones se forman con más esperanza y visibilidad que antes.

Más que un juego, es una causa

Este día no solo celebra goles, también recuerda las luchas por igualdad salarial, mejores condiciones, mayor cobertura y respeto dentro del deporte. Las jugadoras hondureñas, muchas veces sin contrato profesional, sin seguro médico y con trabajos alternos para sostenerse, siguen entrenando con una pasión intacta.

“El fútbol me ha enseñado a no rendirme, a trabajar en equipo y a levantarme después de cada caída. Somos mujeres que luchan en cada partido, pero también en cada rincón del país”, dijo una joven futbolista del interior.

Foto: Vilma Zelaya

Que su esfuerzo no pase desapercibido

Hoy, más que felicitar toca reconocer, el Día Internacional del Fútbol Femenino no es solo una celebración: es una oportunidad para visibilizar la desigualdad, exigir cambios reales y abrir más espacios para que las niñas hondureñas puedan soñar con ser futbolistas sin tener que pedir permiso.

Porque en cada cancha polvorienta, en cada balón prestado, y en cada gol celebrado con lágrimas, hay una mujer que está cambiando la historia del deporte en Honduras.