La belleza de la orquídea Rhyncholaelia digbyana, símbolo nacional floral de Honduras, desde 1969, está en peligro, esta especie conocida por su elegante estructura, ha sido víctima del comercio ilegal, la pérdida del hábitat y la deforestación.
Sin embargo, las buenas noticias son que la ciencia y el compromiso ambiental se están uniendo, gracias a un innovador proceso de reproducción in vitro, especialistas hondureños están logrando multiplicar esta orquídea en laboratorios, con la esperanza de reintroducirla en su hábitat natural.
Este método consiste en cultivar pequeños tejidos de la planta en ambientes controlados, lo que permite generar miles de plantas nuevas de un solo ejemplar, así, se evita la extracción directa de la naturaleza y se protege la diversidad genética.
Pero este esfuerzo no solo es de tecnología, también se están desarrollando campañas de educación ambiental en escuelas y comunidades para enseñar el valor de esta flor nacional y promover su protección. La idea es clara:conservar no solo una planta, sino un patrimonio nacional.
El ministro de ICF, Luis Solís, tras la firma del convenio manifestó “hay una demostración del trabajo que han hecho PRONADERS, SERNA e ICF para recuperar la identidad florística, los recursos naturales y la esencia y biodiversidad que es necesario volver a restablecer en los espacios naturales”, mencionó.
El rescate de la Rhyncholaelia digbyana, representa más que un logro científico; es una muestra que de que la conservación y el amor por lo nuestro es muy importante.
