En medio del ruido de la ciudad y las rutinas diarias, hay personas que deciden hacer la diferencia. Dos de ellas son Kristal Orozco y Alex Sierra, jóvenes hondureños que descubrieron que el deporte puede ser mucho más que entrenamiento, competencia o resultados: puede ser una herramienta para cambiar vidas y sembrar esperanza.
Alex, apasionado del bienestar y las disciplinas deportivas, siempre soñó con darle voz a los atletas que no suelen aparecer en los titulares. Pero pronto entendió que el verdadero propósito de su trabajo no era solo hablar de deporte, sino utilizarlo como un puente para ayudar a quienes más lo necesitan. Fue entonces cuando se cruzó en el camino con Kristal, una mujer sensible y decidida, con una enorme vocación social.
“Queríamos ir más allá de los micrófonos”, dice Alex. “El deporte nos enseña disciplina, empatía y trabajo en equipo. Todo eso también puede aplicarse para hacer el bien.”

Kristal, por su parte, confiesa que desde niña soñaba con ayudar a los demás. Pero al unirse al proyecto junto a Alex, descubrió algo que no imaginaba: el deporte también podía ser un lenguaje de amor y transformación.
Su mirada brilla cuando recuerda algunas de las experiencias que más los marcaron. Una de ellas, la historia de Doña Reina, una mujer que vivía rodeada de basura en el barrio Morazán.
“Decidimos actuar. Reunimos voluntarios, limpiamos, conseguimos apoyo, y hoy su vida está cambiando. A veces, no se trata de cuánto das, sino de salir de tu zona de comodidad y demostrar que te importa.”

Pero su trabajo no se detiene ahí. Actualmente, están organizando una actividad que refleja exactamente lo que son: acción, empatía y esperanza. El próximo 8 de noviembre, realizarán en Plaza Los Dolores un Festival de Boxeo y Artes Marciales, destinado a jóvenes en situación de calle.
A través del deporte, buscan mostrarles que siempre existe una segunda oportunidad.
“Los hemos ido a visitar varias veces”, relata Kristal. “Cuando nos ven llegar, se alegran. Dicen ‘ahí viene Dereck’, uno de los instructores que nos acompaña. Se sienten vistos, escuchados. Eso no tiene precio.”

Durante el festival habrá clases gratuitas, demostraciones y un pequeño concierto. La entrada costará 100 lempiras, y todo lo recaudado servirá para organizar una cena navideña comunitaria para esos mismos jóvenes.
Este 8 de noviembre, en Plaza Los Dolores, no te pierdas el Festival de Boxeo y Artes Marciales. Ven a disfrutar de las demostraciones, aprender algo nuevo y, sobre todo, apoyar a los jóvenes que más lo necesitan. Así que ya sabes, únete al evento y sé parte de esta causa que transforma vidas de verdad.
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