Fotos: Sergio Montero.
“Mami, le polarizamos el carro… Mi amor, ¿cómo lo quiere, oscuro o platinado?”. Esto me lo decían mientras me iba estacionando, bajo el vidrio y les digo “No gracias, solo vengo por unos tacos”… Casi me linchan. Con esta descripción estoy seguro que muchos de ustedes ya se ubican.
Sí, le atinaron, son los tacos y las enchiladas del Obelisco, la mamá de deliciosos que son. Creo que todos los capitalinos hemos ido más de una vez a comer este manjar, ya sea que pasemos por ahí cuando vamos hacer nuestros mandados, u otras, como yo, que van por el simple hecho que se les antojó.
Para los pocos que no saben dónde quedan, pues déjenme decirle que están en la esquina del parque El Obelisco, adentro de una abarrotería. Fueron muy inteligentes al colocarlo ahí, porque uno va por otro producto y de paso se echa la orden de tacos.
Pero, ¿Qué es lo que realmente hace deliciosos estos tacos y está enchiladas? Pues le preguntamos al dueño del negocio y lo que nos dijo, don Mario fue que todo lo prepara con amor , desde las tortillas gigantescas, hasta el puré de papá y el pollo (complemento del taco).
Y sí le creo, porque mientras me preparaba mi orden de tacos se miraba con el entusiasmo que le coloca la salsa, el queso y lo que más me sorprendió fue cuando me pregunto “¿Con picante?”. Mi respuesta fue sí y él empezó a contar “Una, por el amor; dos para la felicidad y tres para que le caigan bien”.
Definitivamente este señor tiene un gran sentido del humor, pero no vayan a creer que solo conmigo fue así, pues así atiende a todo el que llega.
Y vaya sí que llegó gente: unos en unas camionetas de lujo, otros con jeans arremangados, otros sin camisa y mojados, porque están lavando carros, en fin, llega de todo.
Él es tan bromista que incluso cuando le pregunté cuántos tacos vendía al día, me salió con “Mire, niña, se sabe cuántas estrellas tiene el cielo?”. Cuando le contesté que “Ufffff”, me dijo “Bueno, aguiwis”. Ja, ja, ja. Sí que es divertido, como se imaginarán sí que tiene clientela perra.
Además de ser tan divertido y carismático, es un ejemplo de lucha y esfuerzo a seguir, pues ha criado a todos sus hijos con este negocio. “Yo le agradezco a papito Dios por permitirme sacar adelante a mis hijos con este negocio”, dijo.
Bueno, por fin tengo mis tacos en mis manos. Con solo 25 lempiras señores fue “fuleada” la que me di, regreso al parque y me dicen “Esos tacos son buenos, ¿va?”. Y yo les contesto: “Buenísimos”.
Así que ya saben, todos están invitados a saborear una orden de tacos del Obelisco, porque son la mamá…..
