Listos, preparados, llegó el 15 septiembre, el día donde conseguimos nuestra independencia.
Cumplimos 194 años de ser libres como país, así que debemos disfrutar de las festividades.
En muchas ocasiones hemos escuchado decir que en aspectos que rodean a la Selección Nacional de fútbol, no debe involucrarse algo que conocemos como patriotismo, pero qué tanta razón tienen esas personas.
Lo primero es aclarar que la H es un equipo de fútbol, y este es nada más y nada menos que el deporte más hermoso del mundo.
Un comercial hecho para la Copa Libertadores define todo lo que debemos entender sobre el balompié:
“Casi todo en la vida es más importante que el fútbol, pero la vida no sería la misma sin fútbol”.
Así que no nos perdamos, si manejamos bien lo dicho en la frase anterior, nosotros podemos sentir el fútbol de la manera que nos plazca, podemos involucrar el sentimiento patriótico, podemos llorar de alegría o de tristeza, podemos gritar sin temor a ser callados, podemos ser libres dentro de un estadio y podemos convertir nuestro cuarto en la más hermosa gradería.
¿Qué se sentirá vestir la camiseta de la H y junto a tus compañeros cantar el Himno Nacional antes de un partido?
No lo sé, pero creo que se debe sentir algo impresionante, algo que podría llegar a ser inexplicable, algo que solo me imagino cerrando mis ojos y escuchando a 37 mil hondureños cantar el armonioso Himno Nacional.
Partidos históricos, como el primero en una Copa del Mundo, en España, Honduras levantó la bandera y se dio a conocer en un mundo futbolístico, Honduras se hizo sentir dentro de un terreno de juego, Honduras celebró un gol anotado por Héctor “Pecho de Águila” Zelaya…
¿Qué momento no?
Yo no había nacido, pero veo la repetición de ese tanto y me subo a una máquina del tiempo, me encuentro en 1982 y Honduras salía a la luz.
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¡Feliz 15 de septiembre!
