¿Robarse un churro o “hueviar” el Seguro Social?

La inmoralidad, la corrupción y la impunidad han llegado a tales niveles en el país, que es preferible (y más inteligente), robarse tres mil millones en el Seguro Social que una miserable bolsa de churros que no cuesta ni cinco lempiras.

Si vos y un amigo tuyo se roban una bolsa de churro, tené por seguro que te van a capturar y vas a dormir varias noches en una bartolina que hiede a meados y sudor y a otra cosa.

Pero si vos sos el cerebro de uno de los mayores robos en la historia de Honduras, y con esos millones comprás apartamentos, carros de lujos y pagás putas, te van a mandar a dormir a un batallón donde no se sabe con exactitud cómo vivís, y en el que por las tardes te dejan leer la Biblia, y ponés cara angelical, llorás, convulsionás, brincas… ¡Amén, hermano Mario!

Solo un tonto puede creer aquella vieja frase de “Da lo mismo robarse cinco centavos que diez millones, porque los dos están robando” o que es lo mismo hurtar una gallina a millones del erario público

Como tampoco lo son el tratamiento que te dan, la celeridad con la que jueces y abogados toman tu caso y la pena que te cae encima.

POR EJEMPLO:

Si vivís en la 3 de mayo y te robás un pedazo de pan, una fruta o la ya famosa y legendaria bolsa de churro, saldrás en las primeras planas de los periódicos y en las pantallas de TV.

Si tenés tu casa en una residencial tipo “Donde todo lo bueno crece”, y sos parte de la organización criminal que dejó sin medicinas al IHSS, saldrás en los periódicos pero en emotivas entrevistas y extensos reportajes en los que podrás hablar de los valores de la honestidad, de patriotismo, del don de servicio y de cómo te duelen el sufrimiento de los pobres, sea este un dolor de muela o un cáncer.

Si vos sos un raterito de poca monta, seguirás viajando en bus. En cambio, si saqueás el Seguro Social o si salís del Banco Central empujando una carretilla, podrás comprarte carros de un millón, yates y avionetas.

La mujer del novio del ratero del mercado seguirá siendo María, Concepción y Dolores; mejor roba “grueso” para que tu nuevo amor tenga un nombre con más caché y elegancia. Algo así como Natalia Ciuffardi

A tal extremo hemos llegado, que el que saquea tres mil millones recibe todas las consideraciones de esta justicia nuestra que de justa tiene muy poco, mientras que los dos muchachos que se robaron un churro son tratados como criminales de alta peligrosidad.

¡Es que así se empieza!  -dicen los acusadores.

Primero roban la bolsa de churros. Después la pulpería. Luego el camión distribuidor. Más tarde la fábrica entera.

Pero gracias a nuestra justicia, los niños de Honduras pueden correr felices con las bolsitas de taco picante, tajaditas de plátano, tortillitas y bolitas de queso, porque no serán víctimas de la temida BANDA DE LOS CHURROS.

Claro está en que es preferible que nadie llegue al extremo de robar nada. Es lo ideal y lo que todos deseamos. Ladrones siempre habrá.

Robar es robar. De acuerdo. ¿Significa eso que es lo mismo robarse una bicicleta a hacer humo los millones con los que se iba a terminar el Trans?

Que alguien me lo explique bien, por favor, porque yo no entiendo.

En un país con altos niveles de inmoralidad, no podemos asumir posturas de moralistas extremos y salir con el cuento que da igual meterse debajo de la camisa una bolsa de leche en el supermercado, a evadir cientos de millones de lempiras por concepto de impuestos.

¡No señor!

Pero aquí todo es patas arriba, y el humilde al que agarraron con la bolsa de leche los exponen a las cámaras de los medios de comunicación, donde aparece apenado, cabizbajo, derrotado.

Con el de cuello blanco es todo lo contrario y sale sonriente, con una copita de vino en la mano… pero en las secciones de la alta sociedad.

“Hoy cumple años el honorable”… “Hoy regresó de Europa la familia XXX, donde disfrutó de unas merecidas vacaciones”… “Caviar, aguas de Los Alpes, carne argentina y champagne francés será el menú de la boda de la hija de distinguido caballero de sociedad…”.

“Con dos tallas más de tetas, menos arrugas y bolsas debajo de los ojos, y las nalgas inyectadas de silicona, ha retornado en su jet privado la honorable dama de sociedad”…

Para eso sirve el dinero que le roban al Estado.

El “NO ROBARÁS” de los Diez Mandamientos debería tener un capítulo aparte para la sección de Honduras.

Porque al final, se termina convirtiendo en NO ROBARÁS/NO MATARÁS, porque en el caso del Seguro Social, el dinero que se “hueviaron” terminó asesinando a cientos de inocentes que llegaron buscando medicina y lo que encontraron fue la respuesta fría y robotizada de “No hay… Se acabó. Venga dentro de dos meses”.

Así que ya sabés: si te vas a dedicar al oficio del raterismo y similares, NO robés -te lo pido por favor-, una bolsa de churro, de mantequilla o de café.

Vos estás para grandes cosas. Buscate un padrino que te coloque en un buen puesto y solo esperá la oportunidad en un buen puesto y meté las uñas a lo “grueso” o a lo “penco”.

Y quizás por un buen tiempo te irá bien…como el HERMANO MARIO.

 

 

 

 

El NO ROBARÁS de los diez mandamientos de Dios no puede ser aplicado literalmente en Honduras.