Hoy salimos a buscar historias para poder compartirlas con ustedes y nos encontramos con los Pacman, los auxiliares de transito de la Alcaldía Municipal del Distrito Central que llaman la atención por el entusiasmo con el que realizan su trabajo y porque andan vestidos de amarillo, como el célebre personaje de los videojuegos.
Aunque la mayoría son hombres, me llamaron mucho la atención dos mujeres que, muy animadas, asistían a los conductores de vehículos frente al puente nuevo de El Prado.
Dicen que es trabajo para hombres, pero ellas lo realizan con mucha emoción, dedicación y sobre todo con mucha disciplina, porque me costó mucho convencerlas y tuvimos que llamar al oficial de Tránsito a cargo para que nos autorizara este reportaje.
Ellas son Roxana Ávila y Carolina Ortiz.

¿Qué hace un auxiliar de tránsito de la Alcaldía Municipal?
Roxana: Somos apoyo de tránsito. Apoyamos en dar vía, agilizar el tráfico y reportar cuando desobedecen o cometen infracciones a la Ley de Tránsito.
¿Qué horario tiene una auxiliar de tránsito?
Carolina: Depende del turno que nos asignen. Hay turnos de seis de la mañana a cuatro de la tarde. Hay de dos de la tarde a nueve o diez de la noche.
¿Qué tipo de preparación les dieron para ser auxiliares de tránsito? ¿Algún curso vial?
Carolina: Sí, recibimos un curso vial que lo impartió Tránsito durante varios meses.
¿Tienen comunicación con Tránsito?
Roxana: Sí, tenemos los números de ellos por cualquier emergencia. Aunque el que más usamos es el 911 o directamente al oficial que nos asignen. Nosotros aquí tenemos dos oficiales de Tránsito al mando, ellos nos apoyan y aplican la ley en caso de una infracción.
¿Pueden poner multas? ¿Hay límites en sus funciones?
Carolina: Multas no estamos autorizadas para poner, pero, estamos autorizados a remover vehículos mal estacionados, tenemos a disposición tres grúas que pueden decomisar un carro. O por ejemplo, si un carro se queda, se arruina y queda a media calle obstaculizando el paso del tráfico, entonces, nosotros llamamos a una grúa para que pueda mover el vehículo.

¿Las putea la gente? ¿Las insultan?
Contestan en coro: ¡Todos los días, Herman! ¡Usted viera!
Roxana: Recibimos insultos de las personas. Nosotros estamos para agilizar el tráfico y a veces tenemos la necesidad de parar un carril para darle prioridad a otro, per siempre salimos adelante y sacamos bien el trabajo.
¿Cuáles son las infracciones más frecuentes que ustedes ven?
Roxana: ¡Un montón! Por ejemplo:
- Que se pasan el semáforo en rojo.
- Dan vuelta en U donde no está permitido.
- Rebasan donde no deben.
- Por maldad nos quieren tirar el carro encima.
- Van sin cinturón.
- Hablando y mensajeando con el celular.
¿De verdad les han tirado el carro?
Roxana: ¡Sí! ¡Montón de veces, por eso hay que estar “chivas”!
Me he fijado mucho en que ustedes siempre andan como acelerados. ¿A qué se debe? Me refiero que siempre están animados y alegres.
Roxana: Mire, nosotros estamos para apoyar a la gente. Nuestro trabajo es dar orientación a las personas. Por ejemplo, con las vías del Prado, es confuso para una persona que viene por primera vez. Entonces nuestro trabajo es asistirlo.
Nosotros tenemos que recibir a las personas con una sonrisa, porque si ando con cara de amargada, esa persona me va a responder igual. Debemos tener la mejor actitud para ayudar a las personas.

¿Cómo se sienten trabajando en esto?
Carolina: ¡Pues muy bien! Aunque es estresante lidiar con la gente hacemos nuestro trabajo con entusiasmo y deseo de servir.
Generalmente lo tienen para trabajo de hombre, pero como mujeres hemos sabido responder y demostrarles que sí podemos hacer el trabajo de un hombre.
¿Están casadas? ¿Hijos? ¿Cómo hacen con el tiempo?
Roxana: Sí. Tenemos esposo. Nos dividimos el cuidado de los hijos con nuestros esposos.
Carolina: Nos arreglamos con mi suegra.
Los Pacmans son hombres y mujeres que están de pie más de diez horas al día debajo del sol o la lluvia.
Sugeriría un cambio de actitud hacia los agentes viales (Me incluyo), porque muchas veces el caos no proviene por ellos, sino por la mala planificación vial que tiene la ciudad y sobre todo la pésima actitud de los hondureños mientras están al volante.
Cero educación vial, cero cortesía y cero paciencia.
Esta es la sesión de fotos que preparó Sergio Montero: