Foto de Diario La Prensa
Hay decisiones que definitivamente te cambian la vida, ya sea para bien o para mal, el hecho es que son caminos que sigues y te llevan a un destino, ese que vas escribiendo con el día a día de tu existir.
Esta semana nuestra amada Selección Nacional clasificó al Mundial Sub-20 que se desarrollará este año en Corea del Sur, esto exactamente después de vencer a Costa Rica en un partido de dientes apretados, donde fue de mucha importancia el gol de Denil Maldonado.
El tanto del catracho sirvió para empatar un juego difícil ante los ticos, así que de una manera u otra se convirtió en un héroe, ya que inyectó ánimo en sus compañeros y luego se obtuvo la victoria con un gol de Foslyn Grant.
Todo es alegría, estamos en un nuevo Mundial y eso nos llena el pecho del orgullo, pero hay cosas que no se pueden olvidar, así como la garra que ha mostrado el defensor de Motagua Denil Maldonado.
En pocas palabras el futbolista ha sido fuerte con su corazón, ya que antes de comenzar el Premundial recibió una de las peores noticias de su vida.
Exactamente el 14 de febrero, Alex Yovany Maldonado (Hermano de Denil) fue asesinado durante un asalto en bus de Tegucigalpa.
Según informes policiales el joven se habría resistido a que le robaran el celular y esto trajo su muerte, pues los ladrones no le perdonaron la vida, algo que conmociona el día a día de los hondureños.
En ese momento la Selección Sub-20 ya estaba preparándose en Costa Rica, y bueno, las malas noticias vuelan.
Denil Maldonado se enteró de la muerte de su hermano, algo que probablemente le partió el corazón, por lo que era más que lógico y entendible que tomase la decisión de regresar al país para darle el último adiós a su amigo de toda la vida, sin embargo se tragó el nudo en la garganta.
El jugador tomó la decisión de quedarse en Costa Rica, no por no querer despedirse de su hermano ni nada por el estilo, sino para rendirle homenaje de algo que los dos amaban… ¡El fútbol!
La intención de Denil era dedicarle todo el éxito que pensaba alcanzar en tierras costarricenses, y éste llegó de la forma más bella que nos podamos imaginar.
Su familia lo apoyó, el cuerpo técnico y compañeros de la “H” lo arroparon; hoy se ha convertido en un héroe de la clasificación al Mundial y toda felicidad tiene un solo destino, el cielo.
