Directo y sin anestesia: “Estamos dirigidos con las patas”

Foto de Diario La Prensa.

El capitán del Marathón, Mario Berríos, no se ha andado con papadas para hablar de la situación actual del fútbol hondureño, esto después de disputar los 19 minutos restantes de su partido ante el Real España.

En la semifinal de ida los “Verdolagas” ya iban perdiendo 2-0 y por si fuera poco recibieron otro tanto, por lo que la losa para el juego de vuelta es muy pesada, y por ello los ánimos en el “Monstruo Verde” por ahora no son los mejores. 

Después del encuentro Berríos atendió a los medios de comunicación y no escondió su enojo tras caer 3-0, afirmando que la actualidad del país no es para que se esté jugando fútbol. 

“Estamos dirigidos con las patas, los dirigentes deportivos deben entender que con lo que se está viviendo en el país no es momento para estar jugando al fútbol, no es justo que juguemos un partido con afición y el otro a puertas cerradas”, dijo el capitán del Marathón.

Foto compartida por @radioamericahn (Twitter).
Foto compartida por @radioamericahn (Twitter).

Ahora les hago una pregunta: 

¿Creen que las declaraciones de Berríos serían las mismas si su equipo tuviera ventaja en la serie?

No sé qué opinan ustedes, pero al menos yo considero que no.

Si los “Verdolagas” tuvieran una ventaja de 3-0 en la llave de semifinales el capitán Mario Berríos hablaría de cualquier cosa menos de la situación del país, aunque nadie puede negar que hasta cierto punto tiene razón en sus declaraciones. 

En fin, el Marathón debe ganar el partido de vuelta por una diferencia de tres goles para avanzar a la Gran Final, y aunque se sintieron afectados por los árbitros aún sueñan con poder lograr la remontada. 

“Fuimos afectados, tendrían que revisar el trabajo de los jueces, sin embargo, estamos más vivos que nunca faltan 90 minutos y estamos listos para seguir peleando hasta el final”, agregó Berríos.

La vuelta está programada para este sábado a las 3:00 de la tarde, cuando el balón comience a rodas en el Estadio Yankel Rosenthal de San Pedro Sula a puertas cerradas. Para ambos equipos el mensaje es claro: Matar o morir.