Tegucigalpa está embellecida con árboles más legendarios con más de 300 años de antigüedad. Algunos son considerados patrimonios de la ciudad, otros son puntos de referencia para dar direcciones y son adornados para las festividades.
Pero todos tienen algo en común… ¡Han sobrevivido a los años, a la “civilización” y ahora a nuestro alcalde!
Estos son solo algunos. ¿Cuáles son tus favoritos y cuáles más conocés?
Guanacaste: Avenida, avenida Gutenberg
Año Aproximado: 200 años. (Nombrado árbol histórico por la AMDC)
Este es uno de lo más queridos por la población capitalina, punto de referencia por excelencia. El guanacaste estuvo en boca de todos hace unos años ya que se pretendían cortarlo, al final las autoridades afirmaron que se quedaría tal y como estaba.
Pino de Araucaria: barrio La Plazuela
Año aproximado: 180 años
El Arbolito es uno de los más famosos, no solo por su altura sino que también por ser casi el único de su especie en la capital
En la época navideña es adornado con luces de colores.
Guanacaste: Redondel La Salle, colonia La Reforma
Año aproximado: 200 años (Nombrado árbol histórico por la AMDC)
Se presume que este guanacaste es de los más antiguos de toda la capital, con más de 200 años aproximadamente.
Sus hojas y ramas han dado sombre y oxígeno a varias generaciones de ciudadanos.
Ceibon: Entrada a la Vega
Año aproximado: más de 300 años
Uno de los que poco o nadie se fija en él; es enorme, con una altura aproximada de cuatro pisos.
La calle de su alrededor está siendo construida pero la alcaldía lo ha respetado y construirán a su alrededor.
Guanacaste: Redondel frente a Universidad Metropolitana
Edad aproximada: 90 años
Este árbol por muchos años fue para muchos el preferido para sentarse en la época navideña cuando se realizaba la demostración de fuegos artificiales de Pollo Campero.
Guanacaste: Frente al Colegio Cultura Popular (Paseo el Manchén)
Este guanacaste está un poco más escondido que su gemelo ubicado metros abajo de él, sin embargo, muchos conductores transitan a la par de este árbol a diario y muy pocos se toman el tiempo de disfrutar de su majestuosidad. Su altura y lo largo de sus ramas son impresionantes.
Árbol de Hule: Comayagüela, antes del puente Mallol
Este es uno de los arboles más significativos de la capital, cientos de personas transitan junto a él a diario y otros más descansan bajo su sombra en la entrada a los mercados de Comayagüela.
Ceiba: Barrio el Bosque
Edad aproximada: Desconocida.
Este es uno de los arboles que más llamaron mi atención, no solo por su impresionante altura, sino por el cariño que los vecinos le tienen.
Uno de ellos nos comentó que “el árbol ya se encontraba en el lugar desde que mi abuelo era un niño y eso que yo ya tengo mis 50 y tantos años, imagínese”.
Además de la edad, otro atractivo de este Ceiba es que por sus ramas pasa una corriente de agua que viene de las faldas del cerro del Picacho, en verano los vecinos del bosque entran a sacar agua del pozo.
Castaño: Frente al Estadio Lempira Reina, a la par del Birichiche.
Este árbol no es uno de los más viejos de la ciudad, su edad promedio es menor a los 80 años, sin embargo es uno de los más conocidos.
Árbol que ha dado sombra a tantos atletas de baseball y futbolistas cansados luego de sus actividades.
Liquidámbar: Vivero municipal, parque El Picacho
Edad aproximada: 141 años
Uno de los tres árboles del Picacho declarados como históricos por la AMDC, se dice que en la plaza bajo este árbol el general Carías se reunía con sus allegados.
La capital es afortunada de contar -aun- con una gran cantidad de arboles de diferentes edades y tamaños.
Árboles como el Castaño de la iglesia El Calvario, los de la Plaza central, los del Obelisco, los diferentes parques y muchos más.
Pero en los últimos años hemos visto cómo muchos de ellos han sido cortados por la alcaldía debido diversas razones, justas para unos, o injustas para otros.
