Al “FINAL” Olimpia es una alegría entre tanto problema

No recuerdo desde cuándo soy seguidor de este equipo. Para muchos es nada más que once jugadores peleando por un triunfo.

Para mí es una alegría para un pueblo que sigue, grita y llora por el blanco que simboliza a un rey, un verdadero rey de copas.

Así como Olimpia me ha traído alegrías, me ha dejado tristezas. Tristezas que he compartido con mi eterno compañero y amigo de vida: mi papá.

¿Cómo olvidar cuando iba al estadio guiado por mi papá, quien iba vestido de azul profundo (sí, es Motagua), y en su mano izquierda llevaba un termito de limonada y la derecha un radio con audífonos?

En sus hombros cargaba a un niño vestido de rojo y blanco a rayas, cuya única ilusión era gritar un gol del Olimpia.

Yo era ese niño, y sentía un gran amor por el Olimpia, un amor que se hizo fuerte en medio de la adversidad y la tristeza por las derrotas sufridas en finales frente a nuestro adversario de toda la vida.

¿Cómo olvidar las lagrimas que derramé sobre la camisa del Motagua de mi viejo cuando Diego Vásquez tapó aquel penal con el que el Ciclón se coronó campeón en 2000?

¿Cómo olvidar ese riflázo de “ClavasMitch” en tiempo extra que hizo campeón al Motagua y que nos fulminó el alma?

No todo es tristeza en esto…

La alegría que sentía al estar en las gradas solamente era opacada por las derrotas ante el Motagua, a pesar de esto cada año perdonaba a mi equipo y seguía confiando en él cuando comenzaba el torneo.

¿Cuántas alegrías le ha regalado el Olimpia a su pueblo?

Decime vos que sentís cuando escuchás a la Ultra Fiel en populares gritando ¡Saaaleee León! ¡Saleeeee León!

Hoy no estaré en el estadio con mi viejo, pero te veré desde el sofá con mi hijo en mis brazo, porque desde bebés hay que inculcarles el amor por la camiseta del Albo.

Cuando hay fútbol hay alegría, y mas alegría es cuando el Olimpia está en la final y es favorito a levantar la copa.

Porque gracias a este fenómeno de masas la vida de millones de hondureños, a pesar de tantas problemas sociales, es un poco más alegre y llena de esperanzas.

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