¿Un estadio en Choluteca? ¡Qué gran “ideota”!

Por Ramón López P.

 

Los hondureños no aprendemos la lección y tropezamos no dos veces, sino que tres, cuatro, cien, mil, un millón de veces con la misma piedra.

Resulta que se les ha ocurrido construir un estadio en Choluteca, donde le truena el calor y ni aficionados hay, con capacidad para siete mil aficionados.

Pregunto:

¿Tienen equipo que despierte el entusiasmo de la hinchada?

¿Cuántos aficionados irán a cada partido?

¿No es más importante gastar esa millonada para construir un buen hospital?

¿Vale madre la salud de los más pobres?

Comayagua y La Paz son un buen ejemplo de ciudades que tienen grandes estadios para nada.

El de La Paz es un potrero y un motel al aire libre, mientras que al de Comayagua van dos o tres pelones a los juegos.

Y miren otra cosa: ninguno de esos lugares es semillero de talentos y siguen futbolísticamente atrasados.

Si quieren apoyar, construyan canchas decentes para la formación de ligas menores.

Para no ir muy lejos: las ligas menores de Tegucigalpa entrenan y juega en unas canchas que son, me disculpan la palabra, unas mierdas, con turuncas, polvo y rodeados de mareros.

Basta con ir a la cancha de La Vega, ubicada en una de las zonas más peligrosas de la ciudad.

A eso le debe apostar el presidente Hernández: a desarrollar el fútbol menor, comenzando por sacar a las categorías de niños de La Vega y construyendo canchas de grama sintéticas para que jueguen.

¿Se imaginan cuánto se pudo hacer con 75 millones en la Costa Norte, que es de donde salen los mejores jugadores del país?

Pero no, a los genios se les ocurrió malgastar ese dinero en Choluteca.

Es para morirse de la risa.

O de la cólera.