No soy mucho de creer en cábalas o supersticiones, pero curiosamente en el mundo del fútbol este tipo de cosas se dan mucho; jugadores, entrenadores, aficionados y hasta los directivos hacen uso de estas acciones que van más allá de la razón.
Como soy un gran aficionado del fútbol, hay que darle el beneficio a la duda y creer, porque como dice el profe: “Nunca se sabe”.
Mi historia viene siendo una extraña combinación entre coincidencia, superstición y un evidente desagrado por la camisa merengue (como aficionado).
Soy un gran aficionado del Motagua y del Barcelona de España, desde que tengo uso de razón, y como es de esperarse la tarde del miércoles, su servidor era un “aficionado” más que apoyó desde el otro lado del charco a la Vieja Señora, la Juventus.
(No hay día en que la Juve tenga más aficionados en Honduras -aparte de Oscar Flores y Gonzalo Carías- que al jugar contra el Madrid o el Barcelona.)
Yo era un tipo muy feliz de la vida cada vez que al tico Navas le metían un gol en el partido de Champions, el impensado 3-3 se convertía en una realidad y el Real Madrid estaba a un “pelito de rana” de quedar eliminado de la siguiente fase.
Deberán suponer que mi alegría era inmensa.
Se jugaban los 85′ minutos del segundo tiempo, el partido con el marcador 3-3 obligaba a que se jugara un alargue de 30 minutos más, a 5 minutos del final y con el pésimo juego del Madrid ¿Qué podría salir mal para la Juve?, todo indicaba que el partido terminaría así.
Fue en ese momento en que -confiado- decidí salir de mi oficina de trabajo para ir comprar mis sagrados alimentos, digo, para comer tranquilamente viendo el alargue del partido.
Un centro comercial queda muy cerca y me dispuse a ir a comprar a su foodcourt como normalmente lo hago. Al llegar allí y mirar la gran cantidad de aficionados del Madrid viendo la tele sufriendo por su equipo que jugaba el minuto 90′.
Al entrar en ese lugar se vino a mi mente -estilo flashback de película- el recuerdo de hace un par de años muy similar a este:
Final de la Champions en el 2014, el Atlético le ganaba al Madrid 1-0, era el minuto 89′, y yo entraba al foodcourt de Plaza Miraflores a disfrutar de los últimos minutos del partido y ver como los merengues perdían esa final.
¿El resultado? , ya todos lo conocemos…
En ese momento estando parado frente al televisor del foodcourt viendo a la Juve llevar al Madrid a un alargue, se hicieron presente mis temores que esa escena de hace cuatro años se repitiera.
Entro en “pánico” y trato de salir de allí, pero mientras camino a la salida mis oídos escuchan ese terrorífico y espeluznante grito de:
“¡¡¡Penal!!!”
Les juro que en ese momento me quedé inmóvil con una cara de incredulidad y asustado que no te lo puede imaginar, haciéndome esa pregunta: ¿Es coincidencia o fue el destino? ¿le di suerte al Madrid o fue solo imaginación mía?
¿Qué opinan ustedes?
