El JOH que yo conozco

Me ocurrió varias veces que le hacía una consulta al presidente Juan Orlando Hernández a las 8 o 9 de la noche, y él me contestaba a las 3 o 4 de la madrugada.

¿Este hombre no duerme?

Incansable, con un ritmo de trabajo vertiginoso, pendiente de mil detalles, no descansa un tan solo día de la semana. No hay en la historia reciente de Honduras, un presidente que le gane trabajando a JOH.

Lo conocí en un momento difícil de mi vida, cuando estaba sin trabajo y los periódicos, que es donde había hecho mi carrera, me cerraban las puertas.

Pero me las abrieron donde menos lo esperaba: en el Congreso Nacional. Me contrató Julio Medina, uno de sus asesores, quien solo se interesó por mi profesionalismo y no por mi militancia política.

Porque JOH no es sectario y les da oportunidad para que trabajen con él no sólo a miembros de su partido, sino a profesionales que no tienen bandera e, incluso, a gente que lo adversó y atacó en el pasado.

Eso, en Honduras, es una novedad.

Atrevido, impetuoso, tenaz, visionario, conciliador, se parece al capitán que no pierde los nervios aunque el barco sea golpeado por violentos vientos huracanados.

Me tocó empezar a trabajar en su oficina de Prensa cuando él impulsaba la Ley Fundamental de Educación, y el poderoso gremio magisterial, con el apoyo de estudiantes y sindicatos, amenazaba con meterle fuego al país.

Allí, en medio de esa lucha, conocí una cualidad que lo hace ser un político distinto a los demás: la serenidad. JOH nunca pierde la calma ni la cabeza, ni siquiera cuando lo atacan.

“Para pelear se ocupan dos”, se le escucha decir con frecuencia “Y conmigo no van a sacar tarea”.

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FOTO: Vida Mejor ha llegado a los que JOH llama “La Honduras olvidada”. Aún queda mucho por hacer, pero el cambio ya empezó.

Como presidente del Congreso Nacional, impulsó otras leyes que incomodaron a sectores poderosos del país, como los banqueros, quienes se retorcían de enojo con las reformas a la Ley de Tarjetas de Crédito y que bajaron drásticamente la tasa de interés.

JOH las llamaba una “forma moderna de esclavitud”, y no vaciló a pesar de las veladas amenazas que le hacían llegar de distintas maneras. “No le conviene meterse a eso” o “Tenga cuidado que está tocando muchos intereses”, le decían.

Hoy, gracias a esa iniciativa, ninguna tarjeta puede cobrar más del 54 por ciento de intereses, algo que ha venido a aliviar los bolsillos de millones de hondureños.

También fue en el Congreso Nacional que empezó a “hacer lo que tenía que hacer para devolverle la paz y la tranquilidad a los hondureños”, con un paquete de 23 leyes de seguridad, entre ellas, la extradición, la prohibición de dos hombres en motocicletas, la ley de incautaciones, la creación de la Policía Militar, la depuración de la Policía y las reformas que permitían a las Fuerzas Armadas realizar tareas de patrullajes.347A3134

FOTO: El humo del fogón tradicional es una de las principales causas de muerte y enfermedades en las mujeres más humildes de Honduras. Por eso JOH desarrolló el programa de los ecofogones.

No fue de extrañar que los primeros en levantar campañas de desprestigio contra él fueran aquellos que se veía amenazados con ser extraditados por estar ligados al terrorismo, al narcotráfico y a otras formas de crimen organizado.

Fue también como presidente del Congreso Nacional, junto a su esposa Ana, que inició Vida Mejor, un proyecto con distintos componentes encaminados a beneficiar a los más pobres.

Los ecofogones, por ejemplo, fueron criticados por sus adversarios políticos, quienes ignoraban algo que JOH y su esposa ya sabían: que el humo del fogón tradicional es una de las principales causas de muertes y enfermedades en las mujeres hondureñas.

Del sector bancario y de su propio partido salieron varios apodos que tenían como objetivo ridiculizarlo, pero a los que más bien les sacó provecho para ganarse la simpatía entre aquellos que pertenecen a lo que él llama “la Honduras olvidada”: El Fogonero y Juan Fogón.

“No importa que le digan Juan Fogón, porque nosotras lo llevamos en el corazón”, le dijo una humilde mujer del sur de Honduras.

Y hubo canciones de Juan el fogonero y de Juan Tortilla (otro apodo que le pusieron por su programa de mujeres emprendedoras que reciben el apoyo para terminarse convirtiendo en microempresarias exitosas).

Así es JOH: capaz de revertir lo negativo a algo positivo. Jamás se le verá perder su control emocional. Ese es otro rasgo sobresaliente de su personalidad.

Admirador del cacique Lempira, seguidor del Motagua y del Barcelona, se levanta temprano, hace ejercicios y lee los periódicos. Es, sin ninguna duda, uno de los hombres más informados del país.

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FOTO: Las Zonas de Empleo que promueve JOH ya llamaron la atención de 30 empresas que ya subastaron 80 mil nuevas fuentes de trabajo.

Su héroe se llama Juan Hernández, su papá. Si hay alguien con el que le gustaría compartir sus logros políticos, ese es aquel hombre que anduvo descalzo durante varios años de su vida, y que le enseño el valor del trabajo, el respeto, la disciplina y la educación.

Don Juan y doña Elvira, su mamá, hicieron grandes esfuerzos para darles una buena educación a todos sus hijos.

JOH recuerda cuando su padre decidió que era hora de dejar la aldea de Río Grande, donde vivían, para trasladarse a Gracias, donde había un kínder.

Una mañana, don Juan llevó a matricular a Hilda, hermana y una de las personas más cercanas del ahora presidente desde que éste era un niño, y le preguntó a la maestra si “Me le da chance al cipote para se quede aunque sea escuchando porque capaz se le graba algo y aprende”.

Unos años más tarde, don Juan y doña Elvira matricularon a su hijo en el Liceo Militar del Norte de San Pedro Sula, en ese entonces uno de los mejores colegios de Honduras.

JOH siempre recuerda que su mamá empezó a llorar al momento de despedirse, y que don Juan le dijo: “No llorés, Elvira, acordate que vos y yo nos prometimos que les íbamos a dar a nuestros hijos la educación que nosotros no tuvimos”.

Hay otra cualidad que siempre me ha llamado la atención del presidente Hernández: pregunta y escucha con atención. Eso le ayuda a pararse en terreno firme y a no “dispararse” o a que lo “agarren en curva”.

Su trato es educado. Jamás de le verá reventar de ira o insultar a sus subalternos, por muy grande que sea el error cometido. Infunde respeto. Es serio.

Como presidente ha cumplido muchas de las cosas que prometió y ha logrado lo que parecía imposible: que Honduras ya no tenga el deshonroso título de país más peligroso del mundo.

Después de recibir el país con una estadística de 90 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, este año cerrará con un promedio entre 40 y 42 por cada cien mil habitantes, según proyecciones del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Las extorsiones, el sicariato, los secuestros y el narcotráfico se han reducido de manera drástica desde que JOH tomó la medida de enviar a los cabecillas de la mara 13 y de la pandilla 18, así como a capos del narcotráfico, a las cárceles de máxima seguridad del Pozo I y Pozo II.

También clausuró el Centro Penal de San Pedro Sula, algo que nadie había tenido los OO´s de hacer.

“Pero no es suficiente”, dice, inconforme.

Gracias a las transformaciones realizadas en su gobierno, los inversionistas extranjeros ven de nuevo hacia Honduras y serán claves para lograr una de las metas más agresivas en las últimas décadas: el Plan 20/20 con el que JOH pretende crear 600 mil nuevos empleos.

Ingeniosa es su propuesta de crear las Zonas de Empleo. En la primera subasta internacional de puestos realizada en San Pedro Sula participaron treinta empresas, entre internacionales y nacionales, y se llegó a la impresionante cifra de 80 mil ofertas de trabajos.

Honduras es el primer país de Latinoamérica y el quinto en el mundo en adoptar este esquema masivo de generación de empleo.

La empresa Dai Inc,, que tiene como rubro productivo la generación de energía limpia, fue la que más plazas ofertó: 28 mil, mientras que Zede Centroamérica China ofertó 10 mil empleos, American International 6 mil 300 y Energy Transfer 3 mil 900.

El Canal Seco –que unirá al Pacífico con el Atlántico- y el nuevo aeropuerto de Palmerola convertirán a Honduras en un importante centro logístico de la zona, mientras Marca País da a conocer de manera creativa al mundo los atractivos con los que contamos.

Lo cuestionan por su reelección, pero se les olvida”que se logró a través de un proceso en paz, sin disparos ni pérdidas humanas, a diferencia de 2009, cuando el entonces presidente Mel Zelaya pretendía realizar la consulta de la Cuarta Urna con el propósito de encaminarnos a una nueva Venezuela.

JOH es un hombre conciliador. Lo demostró como presidente del Congreso Nacional, donde siempre respetó a los que no estaban de acuerdo con sus posturas o propuestas, y hasta los integró en importantes cargos de la junta directiva.

JOH, además, le devolvió a la presidencia de la República la seriedad que el cargo merece, luego de dos administraciones (las de Mel y Pepe), en las que prevaleció el disparate.

Tiene liderazgo regional. Fue el de la iniciativa de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte que logró que el gobierno de Estados Unidos desembolsará inicialmente 750 millones de dólares a ser invertidos en Honduras, Guatemala y El Salvador para crear mejores condiciones sociales que impidan la ola migratoria hacia el norte.

La Unión Aduanera que integran Honduras, Guatemala y El Salvador también fue una iniciativa suya, logrando un sueño largamente acariciado y que dinamizará las economías de estos tres países. Nicaragua, eventualmente, también será parte de este gran ensayo morazanista.

Gracias a su capacidad de negociación y conciliación, JOH ha sido incluso capaz de calmar la tensión en la zona del Golfo de Fonseca. En lugar de tambores de guerra por disputa de territorio, lo que se escuchan son las voces esperanzadoras de progreso y desarrollo en esa región que comparten Honduras, El Salvador y Nicaragua.

La reparación masiva de carreteras, la construcción de viviendas sociales, la firma con Transparencia Internacional como una herramienta de combatir la corrupción, Banrural (apoyo para emprendedores y microempresarios), los Megaparques (espacios que permiten que las familias hondureñas se diviertan en paz y seguridad), son otros de los logros de sus casi cuatro años de gestión.

En lo personal, creo que hay una cuenta pendiente con la cultura del país; una revolución que haga florecer el teatro, la música, las letras, la pintura… Ojalá que sea algo que veamos en su segundo gobierno.

Cuando un entrenador de un equipo de fútbol logra un título o realiza un gran campeonato, se le termina renovando su contrato para que continúe por una o varias temporadas más. JOH, definitivamente, se ha ganado el derecho de ser reelecto.