Nosotros nos venimos a Utila en un viaje que parece ser interminable y donde la carretera aunque no lo crean parece fantasmal, no muchos circulando, todos ha están disfrutando desde ya días. 6 horas en carretera que son para valientes, es que no es tan divertido solo sentarse en un carro por tanto tiempo, pero al fin y al cabo llegamos.
Filas interminables de personas, unas sentadas, del agotamiento, otros aprovechan algunos instantes para cepillarse los dientes y por ahí ves a otros durmiendo en pleno puerto, esperado el Ferri que los llevará al paraíso en Honduras.
Sin duda alguna la afluencia de personas en las playas del país fue más de la esperada, la “mara” salió con todo a botar el estrés, con hieleras llenas de comida y bebida sonreían en espera de las vacaciones de 2019.
Que te digo del clima, si parece que el mismo sol nos estuviera dando una lección a aquellos que no compramos bloqueador, un mar que brilla de emoción al recibir a todos sus veraneantes y que si no nos cuidamos la piel hará estragos en ella.
Pero en fin, llegas a tu destino y todo valió la pena, pues al final del día es en Honduras que estás y aquí todo es hermoso y perfecto, todo vale si tratas de salir a visitar los rinconcitos de tu país.