La clave de la felicidad está en dejar de complacer a todos

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Los seres humanos somos seres razonables y pensantes, continuamente nos vemos buscando la clave de la felicidad, pero quizás no logramos encontrarla porque estamos complaciendo todo el tiempo a otros y es imposible ser feliz cumpliendo las exigencias de los demás.

Se debe buscar tomar decisiones propias o aprender a decir NO cuando algo no está bien o no te agrada, pues si aceptas solo por generar tranquilidad en otros caerás en un grave error que solo harán que nunca puedas encontrar la estabilidad y paz mental.

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Si eres de esas personas seguramente has contraído el síndrome de querer complacer a los demás y no te has dado cuenta o quizás sí, tienes miedo no ser aceptado dentro de un entorno en el que te ves obligado a convivir con otros a diario.

Lo curioso es que casi todas las personas hemos pasado por eso pues la necesidad de complacer a todos viene de la misma naturaleza humana, de la sensación reconfortante que nos regala el sentir la aprobación de otros.

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Pues algo que experimentamos desde pequeños cuando quisimos la aprobación de nuestros padres o profesores y en la adultés con tu jefe, compañeros de trabajo, amigos o familia.

Cuando se trata de un ambiente laboral, claro que es importante integrarse con los demás y conectar en conjunto pero si en un momento la balanza inclina hacia el bienestar de otro y no al tuyo, será señal de que debes empezar a hacer cambios.

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¿Cuáles son algunos de esos cambios?:

  1. En primer lugar debes aprender a decir que NO cuando no quieres involucrarte en algo o simplemente ese algo no te agrada.
  2. La próxima vez que te veas obligado a tomar una decisión, piensa antes de hablar y cuando lo hagas hazlo con seguridad.
  3. No pienses que eres una mala persona solo porque no estás dando gusto a otros, piensa en tu bienestar y paz mental.
  4. Establece bien tus metas y decisiones y que estas no se vean truncadas por la felicidad el otro.

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Es importante que sepas diferenciar entre impresionar y complacer, pues la primera es cuando muestras una postura de ti mismo que te identifica frente a otras personas y la segunda es diferente, es cuando te involucras en situaciones que no necesariamente son buenas para ti, pero si para alguien más.

La realidad es que es imposible complacer a todos, así que esmera todos los días por serte fiel a ti mismo y velar por tu propio bienestar, pues no hay mayor satisfacción que la de sentir que has hecho algo bueno simplemente para ti.