A mí me da pena escribir estas líneas porque siempre he querido y he seguido a la selección de Honduras por todas partes. He sido un aficionado de corazón que vivió la clasificación a Sudáfrica y Brasil al borde de la histeria.
Siento pena por todos los aficionados hondureños que viven en los Estados Unidos, un día de trabajo perdido, viajaron cientos de kilómetros para ver un desastre más de Honduras.
No entiendo cómo el señor Pinto no se ha dado cuenta que la línea de cinco no funciona en este país. No entiendo cómo los “cracks” de la MLS y la Liga Nacional no pueden hacer un gol en un torneo. De hecho es la primera vez que nos vamos sin goles en una Copa Oro.
Los números de Pinto en Copa Oro han sido desastrosos:
En dos torneos 7 partidos jugados. 0 victorias, 3 empates y 4 derrotas. Dos goles a favor y seis en contra. ¡Terriblemente mal!
Hoy México nos hizo ver mal en el primer tiempo, sin embargo en el balance nos superaron en tiempo, posesión, ataque y en gritos de los aficionados, en todo.
El segundo tiempo fue regular, quizá el mejor tiempo de los últimos 11 partidos. Hace 5 juegos no anotamos. Dicho sea de paso, no veo armonía en los jugadores, cada vez que uno salía de cambio se iban directamente a la banca sin hacer el más mínimo gesto de empatía con el técnico colombiano.
Honduras la pasa mal. No me alegra que pierda Honduras, no me gusta que juegue pésimo porque es un beneficio para el país que la “H” clasifique a las Copas del Mundo.
Quizá sea el momento de dejar de inventar con alineaciones que no se repiten, que no son constantes, tácticas para defenderse frente a una selección “B” de México. No hay por dónde. Pinto no sabe a qué juega y los catrachos que visten la camiseta de Honduras pelean más en redes sociales que la obligación que tienen de meter la pierna en cada juego y hacer un endemoniado gol. ¡Uno solo! ¡UNO!
¡Decepcionante!
