Nuestro Chocolatito está en la 3 de mayo

NEW YORK, NY - OCTOBER 17: Roman Gonzalez punches Brian Viloria during their WBC Flyweight Title fight at Madison Square Garden on October 17, 2015 in New York City. Al Bello/Getty Images/AFP

La pelea ha terminado y yo celebro como si el hombre que tiene el brazo derecho alzado es hondureño.

Durante nueve rounds, el nicaragüense Román González demolió a Brian Viloria en el mismísimo Madison Square Garden, donde alguna vez pelearan grandes leyendas como Alí, Frazier y Durán…

La del sábado fue otra noche para ese pequeño gigante de un metro con sesenta al que apodan CHOCOLATITO.

Ha sido campeón en tres categorías distintas y es considerado en la actualidad el mejor boxeador libra por libra, algo que en su momento fueron Mike Tyson, Julio César Chávez, Evander Holyfield,Óscar de la Hoya, por mencionar algunos.

Está invicto en 44 peleas y la tunda que le dio a Viloria (un rival de alto riesgo), fue por la defensa del cinturón en peso mosca del Consejo Mundial de Boxeo.

Como casi todo boxeador, el CHOCOLATITO se crió en la miseria. Los puños fueron su tabla de salvación en un mundo de violencia, drogas y hambre.

Nada distinto a lo que viven miles de niños hondureños en barrios calientes y bravos como Flor del Campo, 3 de mayo, Ulloa, Los Pinos, Suyapa, Rivera Hernández, La Unión y otros de las grandes ciudades.

Y, al igual que miles de niños hondureños, el CHOCOLATITO soñaba que un día se convertiría en jugador de fútbol.

Fue su padre el que le sacó esa idea de la cabeza, porque en Nicaragua, eso de querer ser futbolista va en contra de la tradición deportiva.

Allá, el boxeo y el baseball son los deportes más populares.

El padre le pidió por las buenas al CHOCOLATITO que se olvidara de la pelota, pero cuando vio que su hijo no le hacía caso, recurrió, primero a las amenazas, y después a los golpes.

ASÍ FUE que lo convenció y lo mandó al gimnasio del gran campeón Alexis Argüello. Lo demás es historia.

En todas esas cosas me puse a pensar mientras el campeón era entrevistado por HBO. Sentí orgullo por él.

¿Cuántos Chocolatitos hondureños se ganan su lugar en la vida en estos momentos a puño limpio frente a rivales más grandes y fuertes, y forjan su carácter, valor y habilidades, tres condiciones necesarias para triunfar en el boxeo?

Claro, coincidimos en que Honduras no tiene las condiciones en estos momentos para “fabricar” un campeón mundial de boxeo.

En ese sentido, ni siquiera estamos en pañales, pues no hay gimnasios, entrenadores, ídolos, tradición, contactos, interés de los patrocinadores ni una política de Estado. Y etcétera, etcétera, etcétera…

Pero si comparamos la situación en relación a hace cinco años atrás, debemos aceptar que el boxeo en Honduras ha avanzado. Poco, pero ha avanzado.

Y ya hablamos del Muñeco González y del Escorpión Ruiz, quienes entrenan casi con las uñas, pero que allí van…

Ninguno de ellos llegará a convertirse en campeón mundial. Sin embargo, muchos niños nuestros quieren ser como ellos y juegan a que son el Muñeco o el Escorpión, así como otros gritan gol en las calles creyéndose Amado Guevara, Carlos Pavón o David Suazo.

Seguro estoy que en nuestras calles y barrios hay muchos Chocolatitos en potencia.

La miseria produce campeones, y como de eso hay bastante en Honduras, no debemos perder la esperanza que un día de estos aparezca nuestro propio Chocolatito, nacido y criado en Flor del Campo, 3 de mayo, Ulloa, Los Pinos, Suyapa, Rivera Hernández, La Unión…