“Todesengel” (El Ángel de la muerte!)

¿Qué sistema social, jurídico, político pudo crear una aberración de ser humano como Joseph Mengele?

Si no ha escuchado de el, ahora le cuento de quién se trata, este tipo era un Capitán de las SS Nazi, médico y antropólogo. Nació en Baviera el 16 de marzo de 1911. En una familia conservadora católica.

Amaba el arte, la música, fue el mejor estudiante de medicina e hizo el juramento hipocrático de sanar enfermos y de solo entrar a una casa para ayudar a curar a sus pacientes.

Lo que hizo fue torturar, humillar, deshumanizar, masacrar, asesinar, experimentar de la manera más atroz con los judios retenidos en el campo de concentración de Auschwitz.

Se interesó en los gemelos, para descubrir genéticamente la manera de reproducir a una mayor velocidad una súper raza aria. Esa era su mayor sueño, multiplicar a velocidad acelerada a los arios y quedar como un héroe frente al Fuhrer.

Image-3

Para saber más sobre la personalidad del Ángel de la muerte, debemos retroceder en el tiempo, 1911, Alemania se encontraba inmersa en una profunda depresión. A punto de estallar la I Guerra Mundial en el año 1914 y que se extendió hasta 1918 con la derrota Alemana y la firma del tratado de Versalles.

Su padre Karl, prestó servicio en el frente alemán. Mientras su mama atendía un negocio familiar de productos agrícolas para mantener a sus tres hijos. Karl, Joseph y Hallois.

La ética y el trabajo desenfrenado de los alemanes hizo que en poco tiempo el país estuviera dentro de la normalidad. A su regreso el padre de Joseph, Karl, hizo crecer su negocio, el más grande de Bavaria, haciendo a su familia la más respetada, aún hoy, es respetada a pesar del criminal de Auschwitz.

Karl enseñó a Joseph a construir máquinas, microscopios y técnicas de investigación que unos años después utilizaría en el campo de concentración para sus experimentos inhumanos.

Mengele comunicó a sus padres que no le interesaba manejar el negocio familiar. Sus padres eran de carácter fuerte, siempre estaban gritando y corrigiendo a los 1200 empleados que tenían. Ingresó a una escuela pública y luego al Gymnasium (un instituto para personas con aspiraciones académicas). Según un compañero de Joseph, Julius Disbach: “Era un tipo brillante, extraordinariamente ambicioso. Siempre intentaba hacer algo fuera de lo común con sus experimentos, agresivo y demasiado patriótico”.

En 1930, Mengele ingresó a la universidad de Múnich, ese mismo año quedó impactado por el discurso de Hitler sobre la superioridad de raza, la herencia genética, este fue el anzuelo perfecto para atraer a Joseph a las filas del partido nazi. Al cual se afiliaría 1934. Amante de la teoría evolucionista de Darwin.

Image-2

Siguió sus estudios en filosofía y posteriormente medicina en la universidad de Frankfurt, comenzó a estudiar y hacer experimentos bajo el mando de Ottmar von Verschuer, ardiente nazi y especialista en la ciencia eugenésica, mediante la cual se crearía la raza superior en el Instituto de Herencia biológica e higiene racial. Ambos se trasladaron al campo de concentración en Polonia, en el año 1943, donde encontrarían muchísimos gemelos para hacer experimentos mortales de carácter genético.

Estuvo en la selección de pasajeros que llegaban en trenes al campo de concentración con el dedo índice señalaba izquierda o derecha. Izquierda era muerte en la cámara de gas, derecha eran judios aptos para trabajos forzosos, niños, enanos, gemelos que utilizaba en sus experimentos.

Eva Mozes Kor, sobreviviente de Auschwitz relata “Cuando el tren se detuvo, escuchamos a muchos nazis dando órdenes afuera. Envolviendo al campo había enormes muros con alambres de púas. Todo allí era de un color tétrico. Uno debía obedecer inmediatamente las órdenes o moría. Debía ser instantáneo, como un flash. Ello decidiría entre la vida en el campo o la muerte en las cámaras de gas. Mi madre nos sostenía a mí y a Miriam, mi hermana gemela de las manos. Nosotras nos quedamos congeladas en ese lugar. Mi madre no nos soltó. Mi padre y mis otros hermanos desaparecieron en la multitud, y jamás los volvimos a ver… De pronto, apareció Mengele gritando en alemán “¡zwillingen, zwillingen!”, es decir “¡gemelos, gemelos!”. Se detuvo frente a nosotras y mirándonos a mi hermana y a mí, preguntó si éramos gemelas. Mi madre no sabía qué decir; sólo atinó a preguntar: “¿es eso bueno?” Allí, un oficial SS ordenó: “¡responda por sí o no!”. Y mi pobre madre dijo “sí, son gemelas”. Mi madre fue enviada en una dirección, y nosotras en la dirección opuesta. Cuando me di vuelta, la vi por última vez, extendiendo sus brazos hacia nosotras…”

Eva Mozes Kor jamás volvería a ver a su madre, y la colección de conejillos de india de Mengele seguía creciendo. Regularmente enviaba los resultados de sus trabajos al Instituto Kaiser Willheim de Berlín, a su maestro von Verschuer. Mengele luchaba contra el reloj para descubrir los secretos que permitieran crear una raza aria pura, mientras los cañones rusos sonaban cada vez más cerca de Auschwitz.

Mengele abandonó el campo de concentración el 18 de enero de 1945. Unas semanas antes de la llegada del ejército rojo para dar liberación definitiva a los prisioneros sobrevivientes en Auschwitz. No fue visto nunca más.

La huida:

Mengele se vistió con uniforme del frente, se dirigió a una unidad hospital y de manera inexplicable paso por alto la mayoría de pruebas que requería la SS para su afiliación, resulta más extraño que nunca se hizo el tatuaje obligatorio para los altos mandos de la SS. Se hacía en la parte interior del brazo izquierdo, 2 pulgadas debajo de la axila. Este factor hizo que sus captores lo liberaran, optando un nombre falso se dirigió a la fábrica de su familia donde trabajó desde 1945 a 1949. Recibía visitas de su esposa. E hijo.

En 1949 se publicó la lista de oficiales nazis que aún no habían sido capturados, con mucho temor pidió a su esposa que escaparan con su hijo de Alemania, ella se negó, huyó a Italia y desde allí salió en un buque hasta Buenos Aires, Argentina, protegido por ODESSA (Organización de Antiguos Miembros de la SS).

Llego con pasaporte de nombre Helmut Gregor, en 1950, creyó que la cacería nazi había terminado y reveló su identidad. Se hizo ciudadano argentino, hizo una fábrica de productos agrícolas y hasta estaba en la guía telefónica como Joseph Mengele. Ese año el valor de su cabeza era de 3.4 millones de dólares.

Karl, su padre lo visito varias veces, incluso llevó a que firmara el documento de divorcio de su esposa, accedió. Su padre le informó que el gobierno alemán exigía la extradición de ex miembros nazis y con la ayuda de ODESSA huyó a Paraguay.

El dictador Alfredo Strossner le dio pasaporte paraguayo, donde no existía extradición y Mengele caminaba tranquilo por las calles de Asunción.

En 1960 cazadores nazis atraparon a Otto Eichmann antiguo alto mando SS, sentenciado a morir ahorcado. Mengele recibió información que estaban tras él, sintió temor y decidió huir a Brasil.

Joseph vivió 16 años cerca de Sao Paulo en una granja que compro bajo el nombre Mengele. Recibió visitas de su hijo Rolf en el año 1976, luego declaró: “Mi padre asegura que nunca hizo algo incorrecto en Auschwitz. Dice que sólo seleccionaba prisioneros para trabajar, y nada más. Odio lo que hizo, pero es mi padre, y quiero creer en él”.

En 1979 el Ángel de la muerte fue invitado a pasar un día en la playa, a 70 kilómetros de Sao Paulo. Mengele se introdujo en el mar, con el agua hasta las rodillas sufrió un ataque cardiaco, cayó al agua y murió ahogado.

Geza Bossert hizo los arreglos para que Mengele fuera enterrado en el cementerio de Ambu, bajo una lápida que lleva el nombre de Wölfgang Gërhard, y allí permaneció hasta su exhumación en 1985, donde expertos forenses confirmaron que eran los restos de Joseph Mengele. Tomando muestras de ADN y comparándolas con las de su hijo Rolf.

“La muerte fue terriblemente benévola con él, e injusta con nosotros” (Michael Rosembaum, sobreviviente de Auschwitz)

Joseph Mengele es sinónimo de muerte y genocidio. Su reloj de pulso se conserva intacto, 36 años después de su muerte, aún marca de manera perfecta la hora.

Image-4