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¿QUÉ PASA ARGENTINA?
Comenzaron las eliminatorias mundialistas en la Conmebol, siempre he admirado el seleccionado vestido a blanco y celeste a rayas, la Argentina. Un fútbol que en lo individual siempre genera una admiración comprensible desde cualquier paladar futbolero, con el jugador típico gambetero, con talento innato, encarador, pero en forma colectiva deja mucho que desear a veces. Comenzó el tortuoso camino, ese que dura 18 jornadas pero que simbolizan aproximadamente dos años.
Comienza una eliminatoria larga, extensa, y los gauchos comenzaron este andar no de la mejor manera posible, quizás de la peor, sólo quizás. Argentina se posiciona en la 7ma posición de recuadro de clasificación. Perdieron en la fecha inicial con un bombazo que causó un estruendo mundial, un 2-0 histórico en contra en el mismo Monumental que voltearon los ojos a Buenos Aires y no quedó aire ni para el puchero, luego un amargo empate contra Paraguay en Asunción 0-0 ante un aguerrida defensa guaraní. Puedo asegurar que de acuerdo a la categoría de los jugadores argentinos es casi una falta de respeto con el fútbol una ejecución del mismo tan desorganizada y desprolija, sin idea, o tal vez si está presente pero nadie la puede percibir.
Las destrezas puntuales de un futbolista hacen crecer las esperanzas, hacen crecer la idea que todo es posible, esto dependiendo si el jugador en cuestión es un iluminado del fútbol, pero, ¿Qué pasa si este iluminado no está? ¿Hay esperanzas? ¿Argentina funciona sin Messi?, me parece una idea sin fundamentos porque tomando en cuenta la lista de convocados no parece una misión imposible elaborar un juego decente, donde prevalezca un funcionamiento lineal colectivo suficiente, a priori, no parece una idea difícil. El tema no pasa por no poder ejecutar un fútbol acorde a la capacidad técnica de una convocatoria que ostenta de los mejores talentos a nivel mundial, sino acostumbrarse a hacerlo sin el mejor jugador del mundo. Messi marca mucha diferencia en un equipo, Argentina sin Messi es otra, la pulga es un jugador que estando en la cancha potencia el juego de los que giran a su alrededor, y claro, además de eso puede cambiar el ritmo y el rumbo de un partido en un santiamén.
Habrá que valorar lo que sucedió en la primeras dos fechas, para Argentina se viene Brasil y Colombia en Noviembre, dos partidos donde no estará el bombero Messi que venga a apagar los incendios, dos partidos que pueden marcar un rumbo indeseado para la Albiceleste o marcar un punto de inflexión en su camino a Rusia 2018, ¿Hay tiempo para mejorar?, Martino tiene mucho trabajo por hacer, juntar líneas, hacer que los jugadores puedan conjugar entre sí. Pero probablemente no sé nada de Fútbol, el entrenador sabrá.
¿Argentina depende de Messi?, Desde los tiempos de la dirección técnica de Alfio “Coco” Basile hasta la actualidad, la selección Argentina disputó 130 partidos. De todos estos Messi no jugó en 34, es decir equivale a un 26%, tomando en consideración estos cotejos, Argentina ganó veinte, empató siete y perdió siete. Aunque los números avalan, Argentina se mostró anémica de fútbol.
La capacidad competitiva de los restantes ha aumentado, no son Argentina, Brasil, Uruguay asomándose y el resto, hoy en día son todos contra todos en igualdad de condiciones, no se puede obviar la historia pero el camino hoy en día así es, la historia no se pone una camisa, un pantalón y un par de botines, la historia no juega.
Hoy en día los equipos que son considerados en el papel como “inferiores” asumen su juego sin complejos, asumen los compromisos con la idea pulsátil de ganar y competir sin importar contra quién se juega. En Sudamérica esto es un hecho, los jugadores toman nuevos roles, se expresan con nuevas obligaciones. El ambiente te absorbe, te obliga a ser un jugador completo. Hoy Argentina puede perder en Venezuela o en Bolivia, Brasil puede perder en Quito o en Barranquilla, hoy el fútbol es así.
En las eliminatorias sudamericanas, ningún equipo que no ganó en las primeras dos fechas clasificó a una Copa del Mundo, es una estadística devastadora, pero sólo una estadística que Argentina tendrá que romper si quiere lograr su objetivo de llegar a Rusia 2018. A esperar las siguientes jornadas de eliminatorias, siempre apasionantes, parece que con el transcurso del tiempo un boleto a una Copa del Mundo se vuelve más caro, más difícil de obtener y no se puede dar tanto margen de error.
Abrazo de gol, feliz semana, nos leemos el otro miércoles.
