Un día como hoy… “¡Clavasmitch!”

Los días pasan y pasan, el tiempo, en general se vuelve polvo y cada instante se convierte en único. El reloj nunca se detiene y sigue su curso, pero hay momentos que se mantienen estáticos, que no se mueven y quedan guardados en nuestros pensamientos. Así como el que recordaremos hoy.

Este día se cumplieron 17 años desde que el “Huracán Clavasmitch” pasó por Honduras. Sí, ese fenómeno que hizo que muchos motagüenses olvidaran los problemas y se dedicaran a celebrar un torneo que está marcado como uno de los más emocionantes en la historia de nuestro fútbol.

Olimpia vs. Motagua (Final / Partido de Vuelta) 25 de octubre de 1998

La Liga Nacional tenía su final, un encuentro que prometía mucho por los dos rivales que se enfrentaban, y que sin duda alguna despertó el interés general de los amantes del fútbol en el país.

Ya son 17 años desde aquel momento, y bueno, yo solo tenía 3 años de edad, así que no recuerdo absolutamente nada, es por ello que me comuniqué con Jacobo Hernández, compañero en RadioHouse.hn y un aficionado motagüense como pocos en Honduras.

Hoy quiero hablar con el Jacobo motagüense, ese que vivió en carne propia el “Huracán Clavasmitch”, ese que no quiero interrumpir y que quiero que se riegue en paja -le digo.

Previa del Partido

Este es el relato de Jacobo:

Era la primera final entre Olimpia y Motagua que se jugaba en la historia de la Liga Nacional. La última que se había disputado no fue una final en sí, pues antes se peleaban las copas con triangulares o cosas por el estilo.  La última vez que Motagua había logrado un campeonato a costillas del Olimpia, fue con un gol de Pedro Colón (El que sale en la foto principal con Clavasquín).

Era la final soñada, porque en las décadas de los 60´ y  70’s no se dio. En la de los 80’s tampoco, hasta que llegó ese día inolvidable.

Las expectativas eran ENORMES, una cosa increíble, era la época en la que en el estadio no cabía un alfiler y obviamente habían más olimpistas que motagüenses, pero los azules no se azorraron.

El motagüense estaba ahí porque venía de ganar un campeonato al Real España y no solo eso, sino que en ese pasado torneo había vencido en la semifinal al Olimpia, entonces ya estaba un poquito crecido. También ya había pasado un año desde que Jairo Martínez había roto la hegemonía que tenía el Olimpia sobre el Motagua, la afición (motagua) tenía mucha fe”. 

Mientras Jacobo hablaba se sentía la pasión con la cual decía sus palabras. De alguna manera puedo afirmarles que él viajó en el tiempo y que estaba nuevamente en el Estadio Nacional, donde vivió uno de los momentos más emocionantes de su vida.

El partido de ida había quedado empatado 0-0, así que todo se definiría en el de vuelta, exactamente un 25 de octubre de 1998, un día como el de este domingo.

El Juego…

Los Directores Técnicos eran eminencias del fútbol nacional, un Maestro y su pupilo; José de la Paz Herrera, más conocido como Chelato Uclés y Ramón Enrique “Primitivo” Maradiaga, quien había sido capitán de Honduras en el Mundial de España 82 bajo la órdenes de Chelato, quien estaba en el banquillo.

Dos equipazos dentro del terreno de las acciones, y si no me creen los invito a ver los titulares de cada club:
Olimpia:
Silvio Traverso, José Fernández, Rudy Williams, Gregorio Álvarez Serrano, Merlyn Membreño, Samuel Caballero, Ramón Romero (José Luis Pineda), Christian Santamaría (Donaldo González), Álex Pineda Chacón, Denilson Costa y Rodinei Martins (Eduardo Arriola).
Motagua:
Diego Vásquez, Iván Guerrero, Hernaín Arzú, Nímrod Medina, Milton Reyes, Reinaldo Clavasquín, Juan Manuel Coello, Amado Guevara, Óscar Lagos, Francisco Ramírez y Marlon Hernández (Luis Guifarro).

Motagua1998

Jacobo vuelve a relatar:

“El partido de vuelta terminó 0-0 en los 90 minutos y en el primer tiempo extra sucedió algo inesperado. Penal a favor de Motagua, un penal clarísimo, expulsaron al portero del Olimpia, Traverso creo que era y ya, era el famoso gol de oro, así que con ese penal, Motagua era campeón.

Nada más y nada menos que el eterno capitán, Amado Guevara, ejecutó el lanzamiento y sorpresivamente lo falló, es ahí donde se te viene el mundo encima, pensarías: ‘En tiempo extra, gol de oro, Olimpia-Motagua, fallas un penal y la afición del Olimpia y su equipo se creció de una manera increíble, pero…

…Una jugada de tiro libre, una falta, colocó la barrera el portero suplente de los blancos Donaldo el ‘Pana’ González y Clavasquín se preparó y cuando soltó ese bombazo, recuerdo que se abrió un poquito la barrera, específicamente Nerlin Membreño y gol del Motagua y gol de oro, finalizó, una locura.

El Olimpista iba desecho y el motagüense nunca había celebrado un campeonato o un gol como ese gol, porque fue con tu archirrival en la primera gran final de estos dos equipos y la verdad fue una bonita historia, además del inicio de muchas finales que Olimpia no le pudo ganar al Motagua”.

Por ahí dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que…

https://www.youtube.com/watch?v=03Jc_Soe0H0&feature=youtu.be

El Protagonista

Reynaldo Clavasquín es el responsable de haberle regalado esa enorme alegría a los aficionados del Motagua.

Un futbolista ejemplar que dentro del campo siempre dejo todo por las camisetas que defendía y ese día ante el Olimpia supo lo que era levantar una copa.

Jacobo Hernández no se aguantó las ganas y lo llamó:

clavasquin1

¿Cada cuánto recuerda ese momento?
“Muchos años han pasado y la gente lo recuerda como que si fuera ayer, casualmente hoy me encontré con un joven, que en aquel entonces era un niño, me recordó ese gol y dice que lloró de la alegría, mientras otros me dicen que lloraron de la tristeza porque obviamente estaba la parte del Olimpia”.

¿Por qué Clavasquín y no Amado Guevara?
Primero fue por la distancia, andaba por los 30 o 35 metros, Amado lo que tenía era más colocación, más precisión en los disparos de media distancia, pero ese disparo se pasaba de la media distancia y para la potencia de Amado quizá era más para un centro, entonces inmediatamente, Amado va por el balón y me la entrega en las manos.

Recuerdo muy bien  que Amado me dice: “Viejo, ya sabés lo que tenés que hacer, apuntá al arco y a ver qué pasa”. Yo tomé distancia, siempre contaba cinco pasos hacia atrás, sin dejar de ver el balón y ya sabemos lo que sucedió”.

¿Cómo se sentía Motagua antes de ese partido?
“Esa noche pues el grupo apostaba en buscar el segundo campeonato consecutivo y nos tocó enfrentar a Olimpia ese día. Todo salió bien , el gol sigue recordándose por mucho tiempo, no sé cuantas generaciones han pasado”.

¿Qué significó ese torneo para Clavasquín?
“Para nosotros fue una enorme satisfacción, en lo personal también, pues los sueños uno los sueña y uno mismo tiene que hacerlos realidad, yo muy joven soñaba con un escenario de esos, de convertirme en esa persona que yo miraba de niño, aquellos jugadores en finales y poco a poco logré llegar a Liga Nacional”.

Reynaldo Clavasquín…
Ese héroe que celebró el gol en una montaña de compañeros que lo ahogaba mientras vivían ese momento. Ese héroe que pensó en su familia, en sus hijos y que junto a ellos pasó una de las noches más placenteras de su vida. Ese héroe que hizo realidad un sueño.

La afición motagüense siempre le dirá a Clavasquin: “¡Gracias!”.