ANÉMICOS DE FÚTBOL

No hay nada más decepcionante, que no acudir a una Copa del Mundo. Conseguimos clasificar a dos mundiales consecutivos, parece que nos acostumbramos a eso y parece que nadie se acordaba de lo difícil que suele ser. El camino de Honduras en las eliminatorias comenzó y comenzó de la peor manera. De los 6 puntos no cosechamos ninguno, el peor inicio en el último medio siglo, y por si eso fuera poco, no es la peor de la noticias, lo más decepcionante es que no tenemos material futbolístico para revertir esta situación, o quizás si, pero la solución no está a simple vista.

Honduras perdió la lucha contra Canadá y México en las primeras dos jornadas de eliminatorias, nuestro fortín de local parece no ser la muralla de otros tiempos, el ambiente no es el de otros tiempos pero Honduras tampoco ganó la batalla interior, esa por querer mejorar, por querer batir sus propias marcas y eso la afición lo percibe, porque la afición sabe de fútbol, no es ignorante de la situación. Honduras juega mal, ante esta situación como mecanismo de defensa ante la frustración todos queremos buscar culpables, la cual me parece que no es el mejor camino que debemos tomar. No se sabe a ciencia cierta que puede pasar, si el peso de lo sucedido cae sobre Jorge Luis Pinto, si los jugadores no responden de la manera correcta o simplemente ese es nuestro nivel, raquítico, anémicos de fútbol, todo esto hace que Rusia se mire más lejos de lo que realmente está.

Comenzamos de visita en Canadá, Honduras con una línea defensiva de 4 en el fondo, un mediocampo sumamente poblado y con un solo delantero en punta. De esta manera Honduras mostró puras ganas al aire sin objetivos, presión alta para sofocar a un rival que mantuvo la calma durante el partido y en una jugada desafortunada, precedida de un error de conjunto, cayó el primero de los golpes que recibimos, gol de Canadá, todos vimos el resto, la capacidad de reacción del equipo Nacional no existe. Ni siquiera tuvimos la leve sensación de que algo pueda suceder, después del gol de los Canadienses la percepción común decepcionante era la misma, Honduras sin una idea fija para encontrar el gol y la tristeza se consumaba tras los 90 minutos.

Tras el trago amargo, volvíamos a nuestra casa, pero los ánimos no nacen porque sí, lo visto en los últimos tiempos no entusiasmaba a nadie, tratar de evocar recuerdos pasados para creer que se podía ganarle a un México mejor dotado que en las eliminatorias pasadas, y sabiendo de nuestro pobre fútbol nos encaminabamos hacia el Olímpico, a batallar por el honor. Honduras jugaba con línea de 5, esperando que Emilio y Crisanto corrieran las bandas como gacelas, que se controlora el balón en el mediocampo con Boniek García, tratar de generar algo distinto desde la zurda de Mario Martínez y ver celebrar los goles de Rubilio Castillo al estilo trencito en el banderín de córner. Nada de eso pasó, una utopía, pensamientos en vano. Un partido rígido, luchado, pensado con la piernas más que con la cabeza. Del corazón mejor no hablemos. Los laterales no corrieron las bandas, parecían agotados de tensión, control de balón inexistente, balones en ofensiva sin destino alguno, lentitud de movimientos, Rubilio naufragaba en un mar de defensas mexicanos y estabamos más lejos de gol que de Rusia. Luego México nos vacunó dos veces y nos sentenció a un estado de coma futbolístico que cada vez nos hace ver la luz al final del tunel.

Me parece que el problema es sumamente futbolístico, nuestras líneas son sumamente débiles. El conjunto formado no alcanza para generar un futbol decente, nuestras líneas no nos hacen competitivos. Pinto no repite alineaciones, me parece que sigue experimentando con el objetivo de encontrar el once ideal, podría tirarle la carga total a los jugadores, pero expresamente creo que Pinto tiene una cuota alta de responsabilidad. Honduras no está capacitado para jugar con un solo delantero, de pronto jugar con una línea de 5 es armar un candado específico que nadie pueda abrir, en teoría parece razonable, pero después de las actuaciones parece que mucha razón, Pinto no tenía.

Ahora los tiempos están revueltos, la marea está alta, nos sentimos ahogados, pero lo cierto es que aunque la pendiente parece sumamente inclinada la eliminatoria apenas está comenzando. Se acabó un 2015 lleno de calamidades para nuestra selección, un año 2015 que tuvimos dos mundiales inferiores que pasamos sin pena ni gloria, una Copa Oro en la que sólo dimos pena ajena y alimentamos nuestras dudas, quizás lo único rescatable es la clasificación a los Juegos Olímpicos del siguiente año. Adiós 2015 para la Selección de Honduras. El siguiente partido por Eliminatorias es en 2016, estos meses pasarán lentos y tediosos visualizando a Honduras en el cuadro de clasificación en la parte baja. Hay trabajo que hacer, esperemos aunque parece difícil recobrar nuestra memoria futbolística, de lo contrario estamos condenados a privarnos de la Copa del Mundo de Rusia.

 

¡Feliz Semana, abrazo de gol y nos leemos el otro miércoles!