El domingo me levanté con un gomón salvaje. ¡Maldito guaro! Te lo juro que me estallaba la mema del pijín que me puse, así que me quedé echado en la cama.
Me puse a pasar canales a ver qué encontraba de nuevo, y no sé qué me dio por detenerme a escuchar a un pastor llamado Cash Luna.
Llegó un momento en que yo no sabía si el brother ese era un banquero o un comerciante, porque solo de dar billete -y si es en dólares, mejor-, para agradar a Dios y ganarse su amor y su salvación.
Espero que nadie se ofenda, y más porque yo soy un insignificante albañil que apenas terminó la secundaria, pero estos manes se aprovechan de la fe de la gente.
Yo no creo que uno deba dar biyuyo para quedar bien con el Mero Mero. Pero hay pipol que cree que sí y empeña la casa, los carros, el perro, las mesas, a la doña, las chancletas y todo aquello a lo que le pueda sacar un centavo para “donarlo”.
Y es que son pelis para soltar unas frases que le comen el morro a cualquiera.
O como en otros programas que sale un man bien guanjeado, con un reloj de oro, corbatas de seda, sacos carísimos, y dice: “El Señor me dice que te diga que vayas ve al teléfono y llames ahora y pacta con Él”.
O sea, “pactar” es caer con el billetío, papa.
“Siento una unción y el Señor me muestra que miles de personas en toda América Latina llamarán para pactar con diez, veinte, treinta y hasta mil dólares”, dice otro, mientras ponen una musiquita para anestesiar a la pipol.
Y otro: “Créele al Señor, y si no tienes el dinero, no te preocupes, Él te hará el milagro… ¿O estás dudando de las promesas del Rey de Reyes?”.
Yo no critico a la raza que da su dinero -ofrendas o diezmos-, pues cada quien puede hacer con su “monis” lo que le dé la gana. Pero sí me parece que hay ciertos personajes que abusan y venden milagros y mensajes de Dios a cambio de cierta cantidad de dinero.
Yo no voy a ninguna iglesia, y no es porque me las tire de santulón, porque más bien soy pije de largo. Pero tampoco le voy a regalar el dinero a un man solo para que él se compre una chola de varios millones, aviones privados, carros último modelo y relojes con diamantes.
¡No, papa, paso!
Espero que este artículo no levante roncha, aunque macho que respinga chimadura tiene.
Fijo que algunos me van a decir que soy el propia cachudo y hasta rezarán para que me caiga un rayo y me haga chicharrón.
Alla si vos querés pagar Cash Cash Cash, como dicen los gringos, o sea, en efectivo.
Yo por eso mejor quité el canal y me puse a ver a unos manes que compran papadas viejas. Me levanté al rato y como no se me quitaba el dolor de mema me jui a la pulpe a comprarme una sopa instantánea. A puro huevos ajusté.
Ajá, imagínate, y así quiere el tal Cash que le dé mis pocas fichitas. ¡Nambe!
Saludos desde LOS PINOS, la colonia más maciza de la Capirucha.