¡Merecen que los agarren a BELGA!

No solo los medios de comunicación hondureños recurren a toda clase de artimañas para atraer la atención de lectores.

Esto incluye desde el amarillismo (sangre en las portadas de los periódicos y en la TV), titulares falsos y exagerados que, una vez que la gente los abre, se encuentra que lo que allí hay es basura.

Prefiero no mencionar quiénes son, pero basta para decir que ninguno de los periódicos impresos se salva de esta observación.

De esa forma, los medios “serios” publican al menos una vez por semana el trasero de Elsa Oseguera; dan detalles íntimos de la boda de Salvador Nasralla o entregan “profundas” investigaciones periodísticas sobre si Orlando Ponce Morazán le da dinero o no a su mamá.

Pero eso es en todas partes del mundo, incluyendo a los países más desarrollados económica, social y culturalmente. Hasta en sucesos como los de los recientes atentados terroristas en Bélgica pueden llevar a algunos periódicos a sobrepasar la raya del respeto.

Los lectores mexicanos, de inmediato, mostraron su malestar.

“Periódico asqueroso, pena me da la gente que compra este pedazo de papel corriente, no pueden tener respeto, asco me daría trabajar para está basura de periódico. Estorbo de la sociedad”, escribió Alan García Velásquez.

No fue el único. “Premio de periodismo”, escribió alguien de manera sarcástica.

No se trata de coartar la libertad de expresión, pero éticamente debe existir un límite en el que los medios no publiquen imágenes de cadáveres o utilicen titulares irrespetuosos y amarillentos.

El lector tiene la última palabra con aquellos que quieren verle cara de tonto con encabezados como “No te vas a imaginar lo que…”, y a la hora de darle like a la nota no sale nada de lo que se promete.

Que nos quede de lección a los que hacemos periodismo en Honduras… ¡Antes de que nos agarren a BELGA!