A pesar de mi pánico escénico, YO TAMBIÉN SOY BAMBÚ.
Durante años he admirado el trabajo, el empeño, la terquedad -como un bambú se niega a ser arrancado del suelo por fuertes vientos-, de un grupo de locos en hacer teatro en un país que aplaude lo que se hace con los pies, pero es indiferente a todo aquello que se hace con la cabeza.
Pero no quiero seguir la línea del pesimismo. Porque todos esos obstáculos y rabia se disipan mágicamente una vez que se va abriendo lentamente el telón, y aparece entonces un mundo de personajes que nos hacen reír, llorar, pensar, reflexionar y echarle puteadas a la realidad.
Todo esto es cortesía de los amigos del GRUPO TEATRAL BAMBÚ, unos quijotes que cabalgan cada día en en busca de nuevas aventuras.
¡Quijotes! Solo así puedo encontrar a una explicación a que durante veintiséis años hayan desafiado a los molinos de vientos para montar su FESTIVAL INTERNACIONAL DE LAS ARTES ESCÉNICAS.
Ojo: no es cualquier festival. Es un señor FESTIVAL, en mayúsculas, bien montada, organizado y con obras y espectáculos de calidad.
Debo confesar que me he conmovido profundamente las muchas veces que he estados en los actos de inauguración y de clausura, pues me pongo a pensar cómo carajos este país -desde su clase gobernante hasta sus ciudadanos-, no se da cuenta que hay otras expresiones (además del fútbol), que le tocan el alma a los seres humanos.
Los que el GRUPO TEATRAL BAMBÚ hace es para admirar y aplaudir.
Las quijotadas de Edgar Valeriano, Felipe Acosta, Mariano Rodríguez y los demás talentosos artistas de BAMBÚ, continúan el próximo lunes en Tegucigalpa con un festival que arranca a las siete de la noche en el Manuel Bonilla con un homenaje a GUILLERMO ANDERSON (por favor, que alguien cante Club Social Las Glorias), y que continuará hasta el sábado con actuaciones de grupos teatrales y músicos de Argentina, Cuba, Colombia, Costa Rica, El Salvador y, por supuesto, de Honduras, representada por Lucem Aspicio de la Universidad Nacional Autónoma; La Fragua de El Progreso y la Escuela Nacional de Arte Dramático.
Como YO TAMBIÉN SOY BAMBÚ -porque disfruto del arte-, espero que los capitalinos llenen los teatros en los que se desarrollará el festival.
Dicen que no sol de pan vivo el hombre. Al menos yo, la próxima semana, me daré mis buenos banquetes en el XXVI FESTIVAL INTERNACIONAL DE LAS ARTES ESCÉNICAS organizado por BAMBÚ.