Sentado aquí en esta cocina que me ha visto crecer, hoy 15 de junio, quiero presentar una carta al mejor once que he visto en las canchas de fútbol.
Decidiste dejar un buen futuro en las filas del Motagua por salir adelante en una vida bancaria.
Tus historias siempre las recuerdo y las llevo en mi ser plasmadas como si me las hubieses contado ayer, seguramente estás viendo este artículo porque alguien te lo enseñó o porque estas sentado dándote un respiro.
Hoy se hablan de historias y leyendas a nivel mundial, y yo recuerdo las que me contabas cuando yo era niño.
Muchos nueves, demasiados diez, pero ninguno a la altura del gran ONCE de mi corazón, sí ese par de unos que sudaste y seguís sudando cuando alguien te da un uniforme para defenderlo y crear una jugada de Gol.
El gran “Rulo” o el gran “Nati”, como quieras que te llamen saben el peso y valor de este apodo en las canchas polvorientas de la Kennedy, Birichiche, Campaña, Hoya, Vegas, tantas canchas que recorrí a tu lado que no las recuerdo todas.
Hoy sentado y solitario en este comedor recuerdo los tiros libres que fueron convertidos en gol por aquel “viejo pelón” chiquito, recio y habilidoso, que podría decir que sos un enano a la altura de los mejores franco tiradores en el fútbol ¿Cuántos goles gritaste?… No lo sé y no sé si vos te acordés de esos mismos.
¿Cuántas medallas? ¿Cuántos trofeos? No sé cuántos, lo único que si tengo claro es que los mejores trofeos los tenés en tu corazón y los ves a diario cuando te levantás y acostás.
Hoy que estas arribando a tus cincuenta años eh cumplido el sueño de poder jugar a tu lado y de presumirle a muchos que a mí no ha goleado “El Rulo” de tiro libre.
Esta vez me dirijo a vos como un comunicador social que recuerda siempre sus inicios y de donde viene, humildad que viene desde un hogar luchador que han podido construir junto a mi madre.
Este es tu día y recuerdo al mejor once que ha podido ver las canchas de esta capital, mis historias no serán de la Pulga, ni de “Super Fly”, mis historias de fútbol serán basadas en el gran “Rulo”.
Feliz cumple, viejo…
