Tengo una prima que salió morro para las clases. En dos toques te soluciona cualquier problema en Matemática, Química, Física y otro montón de clases que son yuca.
Además, la cipota está güenísima, pero ese ya es otro pisto. (Ya me va a querer cachimbear el novio si lee esto).
La mica va volazón en las clases, y mi tía se penquea para mandarla a la U. A veces le toca recibir clases encaramada casi en la ventana porque no hay espacios ni pupitres; y allí va, echando mecha porque su sueño es convertirse en la primera licenciada de la familia.
Pero con ese “pijeyo” de la U entre estudiantes y doña Julieta, está a punto de perder el trimestre. Claro, a vos te pela el eje los esfuerzos que se han hecho para que mi prima vaya a clases: dinero para los materiales, el bus, comida y otros chunches que piden los maestros.
Ella no está ni con un bando ni con el otro. Lo que ella quiere es estudiar, claro, en buenas condiciones.
Sabe que algunas exigencias son justas, pero no le entra en el coco por qué Judas tuvieron que llegar al extremo de hacer perder el trimestre.
Yo le digo que relaje el nance, pero está encachimbada, bajoneada, más cabizbaja que los duros de la Selección de Honduras cuando regresan bien cachimbeados al país.
Quiere huevos. Somos un país atrasados y la educación es clave, papi, para salir adelante.
Yo apenas pude pasar un par de clases de Periodismo y me tuve que retirar para chambear en la construcción, forma sofisticada para no decir de albañil.
¡Cómo me hubiera gustado graduarme! Por eso me da lástima que mi prima esté a punto de perder sus clases, como les acaba de ocurrir a los de Derecho, Música, Química y Farmacia, Nutrición, Terapia, Matemática, Física y otras.
¡Estamos pa´los chuchos!
Saludos desde Los Pinos, el mero mero de los barrios de La Capirucha
EL SOBADO