Por TRIPLE G
ADVERTENCIA: Si me va a contestar, al menos lea este artículo.
Hace unos días escribí acá en la sección de columnas de Radio House un artículo en el que hablaba sobre las extradiciones que ha realizado el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández y de la valentía que se requiere para enviar a la justicia de otro país a los pesos pesados del narcotráfico de este país.
Y de inmediato me llovieron los insultos.
“Tarifado”, “Vendido”, “Arrastrado”, me dijeron.
Y hasta me llegaron algunas amenazas de muerte.
Tuve que tranquilizar a mi novia y explicarle que así son los idiotas y los intolerantes: se creen los dueños de la verdad, piensan que solo ellos son honestos y tienen principios, y que los que los que no opinamos como ellos es porque recibimos un cheque a cambio o esperamos una chamba en el gobierno.
Insultos y más insultos, pero ni un tan solo argumento para rebatir lo que escribí, lo que demuestra que escriben con las manos, pero piensan con los pies.
¿Por qué un ejecutivo de un banco como yo no puede estar a favor de la reelección o escribir de las cosas buenas que tiene de este gobierno, pero sin caer en la adulación de los activistas?
¿O solo cuando me quejo de los aumentos de los combustibles y de la tarifa de la luz, y de la lentitud para encarcelar a los que saquearon el Seguro Social o de los cobros del peaje es que soy un buen hombre y merezco el aplauso de aquellos que están en contra del gobierno y de JOH?
La estupidez, la ignorancia y la intolerancia se han apoderado peligrosamente de este país. Nada aprendimos del golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Jamás en mi vida he visto a Juan Orlando Hernández en persona. Ni tengo fotos con él. Ni estoy censado con el Partido Nacional. Ni trabajo en el gobierno. Jamás he ido a un evento político.
Simple y sencillamente admiro muchas de las cosas que está haciendo, así como usted puede admirar a Salvador Nasralla, de Mel Zelaya o de Mauricio Villeda.
¿Eso hace que usted sea tonto o tarifado? ¿Debe haber un interés particular para que usted sea del PAC, Libre o liberal, o puede ser algo genuino?
¿Quién los convierte a ustedes en los jueces supremos que deciden quiénes son inteligentes-vivos-honestos y quiénes brutos-vendidos-arrastrados?
Ideas contra ideas. Pero aquí, con el perdón y el permiso de Radio House, es ideas contra estupideces.
Porque eso es lo más fácil: decirle “vendido” o “tarifado” a los demás.
Lo difícil es sentarse a razonar y debatir como lo hace la gente decente.
