Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer personas increíbles y me parece importante compartirles mi experiencia con ellas. Llevo casi año y medio padeciendo de un dolor crónico de espalda debido a una mala praxis médica, había visitado ya varios médicos y no encontraba mejoría a mi problema.
Hasta que llegué al Centro Integral y Clínica de Tratamiento del Dolor “Las Moras” donde para mi sorpresa los terapeutas son personas no videntes, preparados con estudios durante 3 años con maestros japoneses en áreas como Reflexología, Amma, Shiatsu y Masaje con aceites.
Con el avance en mis terapias decidí conocerlos mejor, Arnold es estudiante con excelencia académica en segundo de bachillerato y también es presidente de la sociedad estudiantil de su colegio, dice que Dios le ha dado una gran oportunidad juntando gente visionaria que decidió enfocarse en personas con discapacidad que no es lo más fácil.
Por otro lado Kelvin es músico y tiene amplios conocimientos en manejo de radio y agradece a los fundadores de este centro porque están rompiendo esquemas y que a pesar de lo poco que se cree en este sector, el se reta a dar todo de sus demás capacidades para un excelente servicio.

Ambos nacieron y vivieron durante muchos años con visión 20/20 y creo que haber aprendido a aceptar y hasta bromear sobre su condición se merece todo el respeto, viven en Santa Lucía y viajan a diario para trabajar en Tegucigalpa.
Dulce Miralda paso de ser cliente de ellos a invertir sus ahorros y crearles una verdadera oportunidad de trabajo, ya que antes solo los usaban para entrenar a otras personas y luego eran despedidos. Es una mujer que piensa que la riqueza debería de usarse para bendecir a otra gente y no solo acumular. Ni siquiera puede anunciarse en los periódicos como masajes o spa por el prejuicio de los de “final felíz” pero a pesar de todo, al igual que yo, es alguien que cree en Honduras y su meta es que ellos estudien, que sean voceros de su sector y tengan mejor estilo de vida, no explotarlos.

¿Cuál es la diferencia entre la ignorancia y la apatía?
Respuesta común: No, no sé y no me importa.
Creo que deberíamos dejar esa actitud y aprender un poco de estos hondureños ejemplares.
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