El desafío de los criminales a la sociedad es tal que ya no les importa asesinar en plena luz del día, frente a las cámaras y sin ocultarse el el rostro.
¡Hasta esos extremos hemos llegado!
Lo más fácil es sacar la pistola y asesinar frente a niños por cosas tan bajas como el cobro de 200 lempiras semanales.
Los vídeos de los asesinatos se han convertido en el pan nuestro de cada día. Aquí los medios debemos reflexionar si al pasar dichas imágenes no ensalzamos el ego de los sicarios, quienes, minutos después de asesinar a sangre fría, se ven en canales y páginas webs.
La excusa es que eso sirve para capturar a los sicarios. ¿Ahora es que nosotros, que vivimos acorralados, nos dedicamos a labores detectivescas?
El más reciente caso de sicariato ocurrió en una barbería de La Lima. Dos jóvenes ingresan de día al negocio, apuntaron con pistola a los clientes, los asaltaron y después llevaron al dueño y a uno de sus empleados al; allí los asesinaron.
Segundos después salieron con toda la tranquilidad del mundo, como cuando uno sale del cine, del supermercado o un banco.
No hay ninguna justificación -ni siquiera el hecho de ser pobre o de estar desempleado-, para que dos tipos entren y asesinen a aquellos que se ganan la vida con dedicación y honestidad.
¿Si a uno le quitan la casa o el carro porque no puede pagar, significa eso que podemos agarrar una pistola y dedicarnos a delinquir bajo la excusa de que debemos honrar nuestras deudas?
Unos cuantos desalmados nos han robado la paz. En situaciones como el de estos dos sicarios, donde no cabe ninguna duda de quiénes son, hay que tomar medidas drásticas, severas.
Las opciones:
- Pena de Muerte.
- Cadena Perpetua.
- Que les corten ambas manos.
¡Que en paz descansen Joel Rodríguez y Tommy Guerra!!!!