EL SOBADO: ¡A estos hay que lincharlos, compa!

Cuando me gradué del Central, mi idea era convertirme en un gran profesional de la Ingeniería. Mi sueño era construir edificios, casas, puentes, y casi le doy en el clavo, porque ahora soy maistro constructor y soy turbio pegando ladrillos.

Por la necesidad solo pude hacer un año en la U y luego tuve que chambear grueso para llevar los frijolitos a la chola. ¡Ni modo!

Hay tiempos en los que uno anda más pando que los rines de los buses que vienen acá a Los Pinos, hule, sin una ficha en los bolsillos, palmado, puej.

Pero jamás se me cruzó, por muy hecho leña que estuviera, ir a ponerle el balde a alguien, asaltar a un man. ¡Never!

Y allí veo a un güirro culo cagado que sale asaltando a una muchacha, le dobla las manos y le huevea el celular. Luego, el muy “machito” se las da, pinta llantas.

Los más seguro es que andaba un chuzo o un cuete, no se llega a wachar en la foto, pero ninguna persona que estaba cerca quiso andar de metiche, porque ahora por menos te hacen que estirés las patas.

Ahora no hay cámara que valga, a estos hijos de sesenta mil millones de #$%&/!!! nada los detiene, les vale chancleta asaltar a plena luz del día.

Aquí nomás, en Guatemala, los chapines no andan con pajas, cuál casaca, neles, compa, si agarran a un uñudo le pegan una cachimbeada que los racuaches quedan todos lorocos.

Los chapines son pelis para linchar a los rateros.

La verdad es que la cosa está bien jodida, y no está lejano en que los buenos haremos justicia por nuestras propias manos.

Saludos desde Los Pinos, el mero mero de los barrios de Tegus.

EL SOBADO